Page 5 - Rumbo al Bicentenario Nº2
P. 5

PERÚ: C ONCEPTO POLÍTIC O Y


                          SUJETO HISTÓRIC O







                                                Fausto Alvarado Dodero





           “… no tenemos duda de que el concepto Perú, con la formación del Virreinato que lleva
           su nombre, cumplió con todos los requisitos para constituir un concepto lingüístico,
           filosófico histórico y político”.



          Desde Pizarro hasta finalizado el siglo XVII, transcurrieron casi 170 años en los que, sin duda alguna, el
          Virreinato peruano formó parte de la monarquía católica, que en su mayoría la historiografía llama
          Imperio español. Este se conformó durante la vigencia de los Austrias  por un conglomerado de reinos,
          entre los cuales destacaba, siempre como reino y nunca como colonia. Sin embargo, se comete un error
          al utilizar este vocablo para referirse a este arco histórico, ya que esto obedece a las categorías que la
          historiografía anglosajona y francesa le han atribuido a sus relaciones económicas y políticas con
          territorios americanos que controlaban, así como a causa de conceptos económicos del siglo XX de
          fuerte influencia marxista aplicados a realidades propias de hace 200, 300 y 400 años ,  o por el
          desconocimiento o, en el mejor de los casos, por el hecho de menospreciar la existencia de un poder
          político nativo expresado en la existencia de los curacas, que se manifestó en todo este tiempo.

          Volviendo al terreno que nos ocupa, no tenemos duda de que el término Perú, con la formación del
          Virreinato que lleva su nombre, cumplió con todos los requisitos para constituir un concepto lingüístico,
          filosófico histórico y político. Lingüísticamente, el vocablo que empezó como una  referencia vaga,
          conforme fueron sucediendo los hechos, se constituye en una idea que concibe el entendimiento de tal
          forma que su sola palabra hace comprender su referencia. Filosóficamente, la mención a la palabra
          Perú implica inmediatamente una representación mental de algo objetivo. Como concepto histórico,
          alude a un conjunto de experiencias y hechos trascendentales que actúan como agentes de cambio
          semántico. Finalmente, desde el punto de vista político, refleja una forma territorial de gobierno donde
          se ejerce poder.

          Encontramos que el sentimiento de peruanidad y, en general, el de pertenencia a los dos grandes virreinatos  Perú: C oncept o polític o y sujet o hist óric o
          americanos, empiezan a tomar sentido nacional a partir de la reacción frente a esta intención de la
          monarquía  Borbón,  que  ya  había desplazado  a  los  Austrias, de  imponer  un  severo  régimen  político  y
          económico, ya que legitima la idea de emanciparse del imperio español y constituir una unidad




          1 Fausto Alvarado Dodero es doctor en Historia de América Latina. Mundos Indígenas por la Universidad Pablo de Olavide Sevilla (España) y magíster en Historia
          con mención en Estudios Andinos (Arqueología, Lingüística y Antropología) por la Pontificia Universidad Católica del Perú. Además, obtuvo el grado de abogado y la
          licenciatura en Derecho en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, y realizó un doctorado en Derecho en la PUCP. El texto ha sido tomado del “Capítulo I:
          Perú voz, sustantivo, concepto político y sujeto histórico”, publicado en la tesis Los conceptos virreinato y colonia en el sujeto histórico Perú. La segmentación de su
          temporalidad en la historiografía peruana. Siglos XIX-XXI (2017). Sevilla: Universidad Pablo de Olavide.
          2 Dinastía Austria y Trastamara. La dinastía de los Habsburgo, que se instaló en Castilla con Carlos I, sucedió a la Dinastía Trastámara que empezó a gobernar
          Castilla después del fallecimiento de Pedro I en el año 1369, año en el que sube  al trono Enrique de Trastámara.  4 |
          3 Antonio Domínguez Ortiz en su obra Granada, América. Razones de un protagonismos, en El Reino de Granada y el Nuevo Mundo, I, Granada, Diputación
          Provincial, 1994, p. 30, critica fuertemente estos anacronismos: “El reproche fundamental que yo haría a los críticos, a los contestatarios es que confunden el
          pasado con el presente, la historia con la actualidad, y no sólo porque es inadecuada la aplicación de nuestra ideología y normas de conducta a las de otras épocas,   0
          sino porque dan a la historia ese carácter beligerante que tanto perjudica y que la hace aparecer, en el concepto de muchos, como escuela de nacionalismos
          peligrosos” (Domínguez, Antonio América y la monarquía española, Comares, Granada, 2010, p. 7).
   1   2   3   4   5   6   7   8   9   10