URTECHO MEDINA MICHAEL

Periodo Parlamentario 2011-2016

Testimonio de vida
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Testimonio de Vida

MICHAEL URTECHO MEDINA

"El ser humano vale por lo que tiene
en su mente y corazón",
esta fue la frase que caló en mi corazón
para levantarme cuando sucumbía
ante la depresión en mis años de adolescencia.

Dicha la mía, ahora sí puedo decirlo, que dentro de un millón de personas Dios me hizo especial. Nací con sobre peso, en mi infancia fui gordito y mis padres pensaban que por eso no podía caminar, pero ya pasaba los cinco años y nada.

Mi familia y yo aguardábamos la esperanza, de doctor en doctor, de santo en santo; ellos hacían todo lo posible para que su único hijo varón pueda caminar. Hasta cuando tuve 7 años y recibimos el duro golpe, pues llegó a Trujillo un grupo de médicos procedentes de Estados Unidos, me revisaron y dieron el diagnóstico: Hipotonía Muscular que viene hacer una distrofia muscular, se trata de debilitamiento de todos los músculos y es irreversible, este es el motivo que me impide, entre otras cosas, mantenerme de pie y caminar.

Entonces, mi familia y yo debíamos prepararnos para todo lo que vendría en el desarrollo de mi vida, tendría que convivir con ella hasta el último día, y eso hicimos.

Al principio nada fue fácil, tenía que ver a mi madre llorando a diario, me movilizaba arrastrándome y jugando por el piso. Mis hermanas y mi padre me daban de su tiempo para jugar conmigo pues no tenía amigos; recuerdo que con mi padre jugaba ajedrez todas las tardes, de allí mi inclinación por este deporte el cual me permitió ganar algunos campeonatos.

A mis ocho años no tenía una vida en sociedad y no iba a la escuela, aprendí a leer y a escribir gracias a mi tía Magna; pero fue aquí cuando decidieron matricularme en un colegio cercano, rendí el examen, aprobé y logré matricularme inclusive en un año superior al que me correspondía por mi edad.

En el colegio pasé una serie de vicisitudes, mi madre me llevaba y regresaba a diario en mi triciclo, recuerdo que una vez me encerraron en el aula y en otra ocasión me amarraron las manos y los niños se burlaban, ahora creo que fue producto de las creencia erróneas inclusive de los profesores.

Luego, en mi adolescencia, aquí si fue más difícil pues era la edad donde se quiere hacer tantas cosas y yo no podía. Caí en una depresión, no quería hacer nada, hasta que cierto día un médico amigo de la familia habló a solas conmigo y me dijo:
"El ser humano vale por lo que tiene en su mente y corazón", esta fue la frase que caló en mi corazón, de allí en adelante ocurrió un cambio radical en mi vida. Hasta ocupé el tercer puesto en toda la secundaria, me volví más sociable, tuve más amigos; no obstante aún pasaba momentos tristes como el no poder ir a mi viaje y fiesta de promoción, pero superables.

Ya en la etapa de estudiar una profesión tuve que decidir por una, al principio quise estudiar medicina pero lamentablemente ejercerla en el Perú para mí no era posible, así que decidí estudiar ingeniería química que tenía relación con los insumos farmacéuticos que me gustaban. Como verán siempre hay una opción factible para nosotros. Ingresé en la universidad en la carrera profesional de ingeniería química, aquí mis amigos y mi memoria fueron unos buenos aliados para sobrellevar los obstáculos que se presentaban, uno de ellos la accesibilidad. Logré graduarme en el tercer puesto y luego llevé una maestría, caso curioso que aquí mis compañeros habían sido mis profesores. En esta etapa gane una maduración integral.

Sin embargo, mi juventud tampoco fue fácil, a los 27 años tuve una gran depresión sentimental, deseaba morir, estaba pensando formar un club de solteros, imaginen. Pese a que había logrado ya ciertas cosas sentía un vacío; y por aquellos tiempos me encontraba en mi primera campaña política y busqué una iglesia, y fue cuando el ser más especial tocó a mi corazón, llegué a la Iglesia Agua Viva de Trujillo, y entonces en la adoración y alabanza pude encontrar a un Dios vivo y real. Desde aquel día no me aparto de ÉL y ahora junto a mi esposa es quien dirige nuestras vidas y cada paso que damos.
A mi esposa la conocí en la iglesia cuando tenía 30 años, Claudia Gonzáles Valdivia, al principio ella no me hacía caso y para llamar su atención llevé a mi perro samoyedo pero graciosamente cuando se lo mostré, ella me dijo que no le gustaban los perros y se fue. Sin embargo, no me di por vencido e insistí de una u otra forma porque vi en ella grandes cualidades, es una mujer llena y temerosa de Dios, me cautivó su forma ser, su humildad y como alababa y predicaba.

Hasta que Dios me concedió ese gran anhelo, y empezamos una relación conforme a los principios cristianos; primero tuvimos una amistad muy especial, luego fuimos enamorados y novios, todo esto duró 5 años. No nos pudimos casar tan pronto como quisimos porque yo quedé sin trabajo, sin embargo esta adversidad nos unió más, nos hicimos comerciantes ambulantes en diversos rubros, esto nos permitió moldear nuestro carácter y dejar el orgullo a un lado, sabemos lo que realmente significa luchar por salir desde abajo y nos sirvió para ser más humildes.

Luego, Dios permitió que nos desposáramos, Claudia es un regalo de Dios para mi vida, ella me ayuda, anima todas las mañanas, con sabiduría corrige mis errores; ella es el complemento que he necesitado para llegar hasta donde estoy.

Por otro lado, en mi vida profesional he podido desempeñarme en diversas instituciones públicas y privadas como la Transnacional Semex Canadá, en el Gobierno Regional de La Libertad, en la Cervecerías Peruanas Backus & Johnston, en la Universidad Nacional de Trujillo como catedrático. Producto de mi trabajo y esfuerzo pude comprarme una silla de ruedas eléctrica y una combi adaptada para mi desplazamiento.

En el 2003, por mi valentía y perseverancia me atreví a participar en el concurso anual de proyectos que organizó el Banco Mundial, con el proyecto Panadería "EL PAN DE CADA DIA DE MANOS DE UN HERMANO DISCAPACITADO" ocupando el tercer lugar. Este logro me permitió dar trabajo exclusivamente a personas con discapacidad, siendo la primera en La Libertad, al parecer también en el Perú. Pero no fue suficiente, al año siguiente volví a ganar otro concurso organizado por el Banco Mundial, con el Proyecto, Promoviendo y Difundiendo el Proyecto Innovador de la misma Panadería, fue sorprendente hasta para los mismos funcionarios del Banco Mundial, manifestando que es un proyecto ejemplo para el mundo. La panadería creció mucho y funciona hasta ahora en la ciudad de Trujillo.

En otro aspecto de mi vida, uno de mis grandes anhelos era ser padre y a mis 38 años mediante una inseminación artificial, mi esposa y yo fuimos los padres más felices, sin imaginar lo que vendría. Pensé haber pasado los momentos más difíciles de mi vida, pues vencí todos los obstáculos que se me presentaron, demostré y me demostré que mi discapacidad no truncaría mis sueños y metas pensando que la discapacidad era mi gran verdugo pero me equivoqué.

Entonces, el 14 de abril del año 2008 nacieron mis gemelitas, Ana Claudia y Ana Rebeca, pensé que ya estaba en el paraíso, la felicidad embargaba mi ser y le agradecía tanto a Dios porque me había dado el regalo más esperado por mí. Él me dio el honor de tener a Ana Rebeca sólo 22 días inolvidables, luego se la llevo. Indudablemente no hay palabras ni nombre para descifrar el dolor de perder un hijo.
Mi bebé me dejo la mejor enseñanza, al ver como se aferraba a la vida y luchaba para sobrevivir, el valor de la vida. Éste fue el tiempo más difícil y doloroso que me tocó vivir. Pero ahora sé que Dios tiene grandes propósitos, quizá todavía no lo comprenda pero Dios permitiría que en cada día que pase pueda abrir los ojos y darme cuenta porque sucedió. Hoy doy gracias a Dios por la linda familia que tengo, con Claudia y Ana Claudia vivo los mejores momentos de felicidad, nos encanta escuchar música y alabar a Dios juntos.
Y como la vida continúa, las pruebas no faltan, hace pocas semanas me intervinieron quirúrgicamente para sacarme la vesícula, aparentemente no es de complicación pero por mi discapacidad resultaba de alto riesgo y no había precedentes, ante interrogantes de cómo me pondrían la anestesia y cómo iba a responder mi organismo, en especial mis músculos. Ingresé al quirófano con la enseñanza de mi hija Ana Rebeca, gracias a Dios todo fue un éxito y mi recuperación más aún, inclusive los doctores se sorprendieron.

Una oportunidad de ayudar a mis hermanos discapacitados...

Desde los 25 años continuamente me preguntaba qué hacer para ayudar a mis hermanos discapacitados incluso se me iba el sueño, y en mi corazón entendí de parte del Señor, enviar un correo electrónico donde compartía mis logros, experiencias personales y les pedí que tomen en cuenta el tema de discapacidad y mi deseo de ayudarlos de alguna manera, estos emails fueron dirigidos a todos los políticos, congresistas y autoridades de esos tiempos; me contestaron muchas personas, una de ellas fue el ex congresista Antero Flores Aráoz, el propio Alejandro Toledo me llamó, aún recuerdo su voz característica en el celular. Pero con quien más me identifiqué fue con Rafael Rey Rey, quien es el Presidente de Renovación Nacional, el partido donde empecé y continúo mi carrera política. Él viajó a Trujillo sólo para conocerme y me dijo que le encantaría trabajar por la discapacidad; al conocerlo me trasmitió confianza y seguridad.

Postulé al Congreso de la Republica y perseverando quedé electo a la tercera vez, con una gran aceptación en mi departamento, La Libertad. En el primer año se logró instalar la Comisión Especial de Discapacidad, la cual presido; donde gracias a Dios podemos dar cuenta de muchos logros a nivel nacional, y para mayor detalle pueden visitar www.codis.pe Hoy me desempeño como segundo vicepresidente y estoy trabajando y luchando para que desde el Congreso se beneficie directamente a los peruanos más necesitados.

Confieso que durante el tiempo de trabajo en el Congreso he vivido sentimientos encontrados, alegría y esperanza de constatar que desde mi posición puedo hacer mucho bien a los peruanos, en especial a las personas con discapacidad; ser testigo que empresarios, funcionarios públicos, trabajadores de ONGs y otras personas de buen corazón estén deseosas de apoyar grandes proyectos sostenibles a favor de las personas con discapacidad ¡cuánta esperanza de vida ante un mundo donde a veces parece que predominara la indiferencia e indolencia! Pero por otro hay en mi corazón cierta nostalgia por no poder alcanzar totalmente a todos los hombres que están tan ávidos de nuestras buenas obras y una acentuada tristeza al constatar cierta dureza en el corazón de otras personas, que aún no entienden que la discapacidad nos compete a todos, pues no somos ajenos a que un familiar o quien sabe nosotros mismos, podamos adquirir alguna discapacidad.

Como verán Dios me ha permitido pasar situaciones que me han dado la sensibilidad y herramientas, mejor dicho me dio la oportunidad para entenderlos, para poder trabajar por ustedes con la mayor identificación y vocación. Escribí estas memorias no como político, pues no detallo mayores logros de ellos, sino lo hago como ser humano con la finalidad de llegar a otro para mostrarle la realidad de una persona con discapacidad, que a nosotros sólo nos falta oportunidades y un espíritu de lucha, fe y perseverancia para realizarnos como cualquier persona exitosa sin discapacidad. Hoy puedo decir que ante las oportunidades y ese espíritu toda limitación se desvanece.

Dios los bendiga

Ing. MSc. Michael Urtecho Medina.

Lima, Setiembre 2009

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