Page 9 - Rumbo al bicentenario Nº 17
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Proclamaciones de la independencia
de Huancayo, Jauja y la Intendencia
de Tarma
Fuente gráfica:Wikimedia
La respuesta fue que el inten-
dente José Montenegro se había
reunido con los vecinos notables
de Huancayo con la nalidad de
hacerles frente, lo cual no acep-
taron y que había abandonado la
ciudad. Al saber que los huancaí-
nos estaban a su favor, mandó de
avanzada al mayor Juan Lavalle
para que fuera en búsqueda de
Montenegro. Seguidamente, el
día 20 de noviembre de 1820,
Arenales hizo su entrada triunfal,
al frente de los Batallones N° 11
de los Andes y N° 2 de Chile y en
Tabladillo, erigido en la calle Real
a la altura de la Plaza Huaman-
marca, presidió la ceremonia de
la Juramentación de su Indepen-
dencia.
Los primeros que juraron fueron
el coronel Marcelo Granados
(que ese día asumió el cargo pudo huir, en el campo quedaron
de teniente gobernador político 40 muertos, algunos heridos y 20
y militar de Huancayo) y el cura que fueron hechos prisioneros.
coadjutor don Estanislao Már- Además, los patriotas recogieron Dos días después,
quez, mientras que Juan de Dios 2 cañones, varias cargas de per- Arenales abandonó
Marticorena actuó de escribano. trechos, tercerolas, sables, can- Huancayo y se dirigió a
Después de este acto solemne timploras y otras más, que aban- Jauja, donde también los
de Proclamación de la Indepen- donaron en su precipitada huida, jaujinos proclamaron su
dencia, el vecindario vitoreó y ob- el resto de la columna.
sequió a sus libertadores chicha, Dos días después, Arenales Independencia.
licores, dulces y cuanto tenían abandonó Huancayo y se dirigió
más agradable; para luego, con a Jauja, donde también los jauji- 9
tanta emoción, ponerse a bailar.
nos proclamaron su Independen-
Mientras los ocho mil habitantes cia.
de Huancayo gozaban de este
magno acontecimiento; en Jauja,
por la noche, el mayor Juan La-
valle al frente con 19 o ciales y Comisión Bicentenario del Congreso
50 granaderos de caballería logró
dar alcance a la retaguardia de
la columna de José Montenegro
y vencerla; pero si bien su jefe