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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
Vida y obra de Toribio Rodríguez de Mendoza
sanas sin el menor vicio que las manche y obscurezca; por cuya razón las con-
templo propias para el estado Eclesiástico. No es menos estimable su carácter
desinteresado y generoso, qualidad que lo pone a cubierto de la sórdida avari-
cia y la vil comitiva de otras bajezas en que suelen tropezar algunos eclesiásti-
cos miserables.
El Dr. Don Manuel Calderón, sobre cuyas costumbres no me atrevo a
formar juicio tan venturosamente decisivo, como los precedentes tienen sin
embargo por otra parte calidades que le recomiendan para el Santo destino a
que aspira: la sencillez, humildad y más que mediana literatura hacen su prin-
cipal divisa. En medio de muchas pruebas que hacen su favor descubro otras
algo equivocas que hacen mi concepto un poco tímido. No por esto la reputo
indigno del Sacerdocio. Vuestra Ilustrísima a vista de las informaciones que se
hubiesen colegido de su vida y costumbres sacará las luces necesarias que mi co-
barde... no puede ministrar en aquella abundancia con que desea fijar su acierto.
Don Justo Anglada que después de haber concluido su curso de Arte
se halla estudiando la jurisprudencia, no ha dado motivo para sospechar de
su conducta, la que tampoco muestra otra qualidad alguna relevante. Así lo
único que puedo decir es que nada descubro notable que pueda embarazar su
solicitud.
Don Francisco San Miguel es un joven gramático de talento limitado.
Cumple regularmente con las obligaciones de colegial Es de genio dócil y muy
sencillo. Creo que sus costumbres no estan viciadas ni le he notado acción que
lo haga indigno del estado Eclesiástico.
Don Mariano Aguirre, tercer Vice Rector y Regente de Filosofía en
este Colegio, es un sujeto que por su vida retirada y estudiosa, por su pru-
dencia, afabilidad y buen juicio ha merecido el nombre que lo exalta entre los
que lo conocen. Sus costumbres conformes con todas estas bellas prendas lo
anuncian un eclesiástico que será armamento del clero, si V.I. digna conferirle
los sagrados órdenes que pretende.
Don Carlos Orbea, que esta estudiando jurisprudencia con bastante
aprovechamiento tiene por su carácter la mansedumbre. Sus costumbres no
desdicen las de un joven virtuoso.
Don Joackim de Orué, filósofo de una bella índole. Entre los de su
edad es el más virtuoso. En su conducta inocente y constantemente cristiana
sobresale su profunda humildad. Es muy justo que V.I. le conceda la gracia
que solicita y lo incorpore entre los ministros que dignamente sirven el altar.
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