Page 231 - La Rebelión de Huánuco. Vol 5
P. 231
Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
La Rebelión de Huánuco de 1812
acreditaban lo pensaron á la entrada de la Ciudad parece han huido á sus Pueblos
los insurgentes con su infame Caudillo el Regidor Castillo. Tomaré noticias de su
verdadera ruta y los perseguiré.— Este escape y mi entrada á esta arruinada Ciu-
dad sin necesidad de segunda acción de armas, ha sido una de las resultas de incal-
culables ventajas para la tranquilidad de estos paises, de la memorable batalla del
paso del Puente de Ambo, en que según disposición de los mismos enemigos tu-
bieron por imposible, y mas de trescientos muertos, muchos heridos y dispersos,
cuyo paradero ignoran con bastantes armas de fuego y blancas.— El despoblado
que ocupaba quando estendí mi primer parte fecha del diez y ocho del que rige:
el terrible temporal que sufriamos de lluvias y aun la falta de utencilios de escribir
por interesarme sobre todo tomar posesión ventajosa para evitar sospechas, eludir
emboscadas, y la dominación de terreno en unas quebradas horrorosas, y en fin la
fatiga que todos, habíamos tenido sin ahorro de incomodidad, me hicieron caer
en algunas faltas que la justicia y el interior comvencimiento de mi conciencia
me estrechan imperiosamente á llenar en el presente, para que dado á la noticia
pública juntamente que el primero, no queden privados del aplauso y del agrade-
cimiento á que son acrehedores los dignos oficiales y soldados de este Exercito que
en la atrevida empresa de pasar el Puente de Ambo han dado un día de gloria á la
Patria, y fijado la suerte de muchos Pueblos.— Dicho Puente construido de solo
dos palos únicos que con indecibles esfuerzos pude adquirir de diez y siete y diez y
ocho varas de largo fijos sus extremos con tres ordenes de canes salientes de las ba-
rrancas de una y de otra orilla de quatro á quatro y media varas para suplir la falta
del largor de los palos, quedando por consiguiente tan angosto el transito que solo
podía pasarse á la despabilida con presición de tocar lo que salía en el pie mismo
de la roca cerro elevado que tenían ocupados los enemigos parapetados del modo
que dige en mi citado parte y tener que correr un terreno de más de trescientas
varas desde la salida de la plaza hasta dobla á la llanura de Ayancocha dominados
del fuego de los enemigos que los hicieron terrible tres quartos de hora, y nos hu-
bieran detenido á no ser el extraordinario arrojo que puede decirse temerario de
nuestras tropas y valerosos oficiales destinados á vencer este tránsito horroroso,
y los apoyos que en Junta de Guerra, obtenida la noche antes acordó colocar en
la banda que ocupabamos, individualizó á Vuexelencia sin que me quedase á mis
heroicos compañeros otro recurso de minorar el Peligro, á no adoptar el vergon-
zoso partido de una reiterada, acaso mas expuesta, hubiera inflamado el fuego
que ya hacía días se iba manifestando en otros Pueblos, y que no hubiera podido
realizar por la virtuosa y nunca bien recomendable resolución que me manifes-
230