Page 538 - La Rebelión de Huanuco - vol 3
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Volumen  3
                                      Autos criminales contra las personas involucradas en el saqueo de Huánuco
            leyendoseles á este efecto, expuso Ricardo que sin duda alguna dió merito á
            que Hurtado, asegurace haverle visto acompañado con los Yndios el haver es-
            tado á la Puerta de la tienda que administrava Don Gabriel Abraldez, á tiempo
            que los Berrospes arrojavon de ella á los Yndios saqueadores, pues no se le po-
            drá sostener que hubiese caminado con ellos de tienda en tienda participando
            de sus rovos á lo que contestó Hurtado, que desde luego no hubo mas motivo
            para su acerto que haver visto á Ricardo, en la Puerta de la tienda que estava á
            cargo de Abraldez, en sircunstancias de salir de ella los Yndios que la estavan
            robando, y que en su declarazion instructiva no se explicó en aquellos termi-
            nos claros y presizos que correspondian. En este acto comparesió el religioso
            Fray Marcelo Ureña, y tambien Doña Martina Ampudia, quienes Juramenta-
            dos en la forma dispuesta por Derecho protestando decir verdad en quanto
            fuesen preguntados, entraron en Careo con Asencio Ricardo y disputaron en
            la manera que sigue. Fray Marcelo aseguró á Ricardo no haver entrado a la
            tienda de Quintana, en su compañia ni haver sido persuadido por el para tal
            cosa, y que por el contrario encontró en la expresada tienda a dicho Ricardo,
            á lo que este contestó reproduciendo lo que tiene expuesto en su confesion, es
            decir, que el religioso fue incitado por Ricardo en seguimiento de Fray Marce-
            lo. En quanto á la remicion que se executó de varias especies á la Casa de Doña
            Martina Ampudia, dijo Ricardo que de consentimiento de Fray Marcelo, des-
            pachó medio caxon de chocolate, una botija de tabaco picado, dos arrovas de
            insienzo, un colchon y un Baul vacio con la llave pegada; á lo que replicó el
            religioso que desde luego havia convenido en que Ricardo embiase á Casa de
            Doña Martina las especies que havian recogido de la tienda de Quintana; pero
            que estas se reduxeron solamente a una botija con tabaco picado, un baul con
            un poco de chocolate y algunas libras de insienzo, en lo qual convino tambien
            Doña Martina, aceverando que el insienzo havia sido en pequeña cantidad, y
            el chocolate no pasava de dies y seis libras: pero Ricardo sostubo siempre que
            quando se recogió el chocolate, e insienzo de la tienda de Quintana, compon-
            dria el primero como medio caxon que se trasladó al Baul que estava vacio, y el
            segundo pesaria como dos arrovas. Con lo qual, no pudiendose lograr mayor
            esclarecimiento de la verdad, se concluyó el careo, y se ratificaron todos en sus
            respectivos dichos vaxo del juramento prestado y firmaron conmigo y testigos.
                                      Fernandez (Rubricado).
                                   Balentin Hurtado (Rubricado).
                                 Fray Marcelo Ureña (Rubricado).



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