Page 510 - La Rebelión de Huánuco. Vol 2
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Volumen  2
                                  Autos seguidos sobre el descubrimiento de los autores de la rebelión de Huánuco
            le dijo que lo acompañase, á que accedío por su amistad siendo las horas de las
            ocho. Que Vero vive frente al Combento de San Juan de Dios, y que luego que
            vio que su puerta estaba serrada por que havia ido á registrarla de miedo de
            los ladrones, se regresaban á dibertirse á la plaza, y que al pasar por la puerta
            del combento un lego trigueño alto, cuyo nombre ignora, pero sabe que fue á
            Lima de propio, y que en el combento no hay mas de dos, estubo paseando en
            la puerta, y con ocacion de haverle preguntado Vero con quien tenia amistad
            aquel por un herido de toro que havian metido á ese ospital, les dijo, que si sa-
            bian de un pasquin que se havia puesto en lengua: A que el declarante le con-
            testó que nó, y replicó el lego diciendo que dicho pasquin havian puesto con
            el obgeto de botar chapetones; a que le contestaron con estas palabras, pues
            estamos mal. Que el lego dijo entonces: como hemos de estar mal, pues antes
            estamos bien, y sino bengan y les leere el pasquin: que ambos lo siguieron al
            Padre á una celda donde estaba en cama un Frayle Mercedarío de combale-
            síente que segun sabe se llama Aspiazu, que efectibamente les sacó el pasquin
            en lengua, y les leyó disiendoles que siempre se botarian a los chapetones,
            que entonces el declarante le dijo: que un Agustino tambien les havía avísa-
            do que á los chapetones los hiban á botar, a que contestó inmediatamente el
            Padre Aspiazu Mercedario que estaba en cama, que ese Agustino (sin mentar
            el nombre) hera su compañero, y que combersaba con el, y que expresando-
            les que tubiesen satisfaccion con el, les sacó debajo del colchón unas desímas
            como pasquines que les leyo y su contenido hera botar á los chapetones: que
            concluida la lectura les dijo el Padre lego que hera (hablando por Aspiazu) de
            Quito tierra donde se havian alzado los criollos, y botado a los chapetones:
            que entonces el Padre Aspiazu les expresó que el se pintaba solo para botar
            chapetones, y que en su tierra Quito con solo el pasquin que les havia leydo
            los havia botado, y que para eso havia mandado pintar con los muchachos en
            todas las esquinas las letras A. E. y O. por que la contraseña hera de que agre-
            gandose a la A una Y antes, á la E poniendole S y á la O R que quería desír ya es
            hora: Y que haviendose agregado efectibamente dichas letras se unieron los de
            Quito y acabaron con los chapetones: que como ya se hacia tarde el declarante
            se quiso benir á la plaza, y al despedirse les encargó mucho el Padre Aspiazu
            que como muchachos no publicasen lo que les havia comunicado, y que mien-
            tras el sanase no hisiesen nada, que quando el se lebantase de cama el aría las
            dísposiciones para que en todo se asentase por que para el proyecto se necesita
            tino: que tambien les dijo que quando sanase mandaría al Cerro Mineral por



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