Page 320 - La Rebelión de Huánuco. Vol 1
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Volumen 1
Sobre la insurreción de los indios y pedido de proviciones de armamento y hombres
entre ellas los dos cañones que existían en esta Sala de Armas, havíamos que-
dado los havitantes españoles de esta población, casi sin tener con que hacer
frente, o defensa en caso de que estos yndios, ó los de los Pueblos vecinos,
realizasen á exemplo de los Panatahuas alguna ymvación. Oy con el socorro
que manda el Excelentísimo Señor Virrey del Reyno de fuciles, y otros pertre-
chos de guerra, no estará esta Capital en aquel total descubierto de no poder
hacer defenza pues quedará con algunas armas; pero siendo esencialísimo el
que para asegurarla mas se provea esta Plaza, no solo de fuciles, y otras armas,
sino también, lo menos de dos Piezas de Artillería, y sus respectivas municio-
nes, le ha parecido combeniente al Regidor Procurador Síndico, Personero
interino el hacerlo presente a Vuestra Señoría en puntual cumplimiento de sus
deberes, para que fixando la concideración en este asunto, que es de la mayor
importancia en las críticas circunstancias del día se sirva tomar el medio mas
oportuno, a que se consiga sin pérdida de tiempo la seguridad á que aspira en
la inteligencia de que le hace responsable de qualquiera acontecimiento que
ocurra por defecto de las prevenciones que debe tener esta Plaza para conte-
ner, y aniquilar en su origen cualquiera irrupción posible en la época presente.
Dios guarde a Vuestra Señoría muchos años. Tarma y Marzo 18 de 1812.
Ramón Gavas (Rubricado)
(Al pie de página)
Señor Governador Yntendente Interino Doctor Don Ygnacio Valdivieso.
(Un folio en blanco)
Tarma, y Marzo 19 de 1812.
(Al margen)
Por recivido: Agréguese á los antecedentes. Vaidivieso (rubricado).
Ante mi (Berroa). Señor Doctor Ygnacio Valdivieso, Abogado de la Real Au-
diencia de Lima, Teniente Asesor Governador Yntendente Ynterino de este
Departamento.
He rrecivido el oficio de Vuestra Señoría de 18 del que rije, con la
subordinación que me es indispensable por ser Vuestra Señoría un Jefe que
solo haspira al buen excito de la Religión, el Rey, y la Patria: ofreciendo mi
pequeñez, y poco talento al desempeño de quanto Vuestra Señoría me ordena;
dándole las devidas gracias que me aya tenido presente para empliarme en
asuntos tan importantes al servicio de Dios, el Rey, y la Patria; ofreciéndome
a cumplir excultamente quanto en mi penda.
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