Page 84 - Guerrillas y montoneras durante la Independencia - Vol-5
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Volumen 5
                                                                        Documentos de 1823
            es mi boluntad grandisima ser util á su lado como he propendido siempre,
            haciendome gente pues hasta el dia, a pesar de mi honrades, estoy en la clase
            de subteniente que me ruboriso al decirlo por falta unicamente de protección.
            Yo espero en Dios cumpliré exactamente en todo cuanto me considere util
            Vuestra Excelencia rogandole no me dedique al ramo de la pluma porque me
            hallo algo cansado.
                    Dispense Vuestra Excelencia la molestia de este su tan apasionado que
            lo ama tan deberas; y desea estar á sus dignas ordenes pues no veo los momen-
            tos de estar en esa; este su humilde aijado desea darle un estrecho abrazo de
            contento como a mi mismo digno padre que besa su mano.
                    Excelentísimo Señor.
                                                José Clemente Murga (Rubricado)
                    (Al margen)
                    Reservada. Esperando la contestacion de Vuestra Excelencia por or-
            den expresa en caso de dilatarse la hida.
                    Excelentísimo Señor Don Tomas Guido.

                                       A.H.M.H. Mss. O.L. 91 – 46.




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                    Julio 20.
                    Excelentísimo Señor.
                    No hallo expreciones con que significar a Vuestra Excelencia las tribu-
            laciones que me han rodeado desde el momento que: en estos lugares se cun-
            dio la noticia de la dentrada de los enemigos a esa capital; tanto, que a pesar
            de la decicion que havian manifestado los Peruanos de esta Provincia de mi
            mando, el 27 del proximo pasado Junio todos los que tomaron las armas y se
            comprometieron a sacrificar su propia existencia, me las tiraron en la Plaza del
            Pueblo de Chavin; de suerte, que de docientos sinquenta hombres solos que-
            daron treinta y siete; y receloso de que sucediese una revolucion, y acavasen
            con mi vida, procure atraherlos con expreciones gratuitas, convenciendoles
            que si los enemigos avian dentrado en Lima, deviamos de contar con la victo-
            ria mas pronta, y de este modo consegui recogiesen sus armas, A seguida los
            invite a marchar sobre la Villa de Guancavelica prometiendoles tres horas de



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