Page 330 - Guerrillas y montoneras durante la Independencia - Vol-5
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Volumen 5
Documentos de 1824
Los demas cargos que me hace de Soldados del 2° Batallon detenidos
por mi son falsos, falsisimos, y los ignoro. Que yó tenga una Guardia de tres
soldados, y un Cabo en la casa donde habito, no es con respecto a mi persona,
(y aun cuando lo fuera, no seria un despropósito), sino con respecto á hallarse
en dicha casa el Tezoro publico, que en todas partes debe ser resguardado;
pero no en clase de gran guardia, por que yó bien sé lo que me corresponde:
y asi es que nó puede convenserme de que en esta Capital exista un solo in-
dividuo del Perú, sino todos de Colombia; y si acaso se há presentado, ó los
gobernadores me han dirigido alguno de aquella clase, han pasado inmediata-
mente á las filas de Colombia, y nó hé pensado en formar siquiera un piquete,
y muchos menos guardia de honor, como me supone.
Los reclutas que se hán pedido, no há sido con otro objeto, que el de
llenar las bajas del Ejercito: y asi es, que apenas han llegado, cuando se les há
dado destino por el conducto que corresponde. Con que, yó nó hallo otro mo-
tibo para tanto dicterio, y atropellamiento a mi persona y caracter, que el que
llévo expuesto ál principio, y el de haberle cortado el vuelo á su codicia; pues si
se le hubiese dejado obrar segun sus ideas, habria sido poco el mundo entero,
para solo su Batallon incompleto, que jamas podrá formar por no haber sido
nunca militar.
Testigo es todo este vesindario, y los Gefes que han presenciado mi
manejo de la economia con que miro las cosas del Estado, sin que se me note
la menor distraccion, ni visos de querer engrasarme á la sombra de mi empleo.
Para evitar pues oportunamente las consecuencias funestas, que ne-
cesariamente hade acarrear la ominosa conducta del Coronel Otero, sino se
corta con tiempo la tea de la discordia que trata de fomentar su orgullo; y
haciendo el uso á que me indusen mi educasion, y mis deberes, pongo en
el concepto de Vuestra Señoría estos inesperados acaesimientos, para que se
sirva pasarlos á la alta penetracion de Su Excelencia el Presidente de la Repu-
blica, a fin de que sus sabias determinasiones, ponga el remedio oportuno con
la reprehension del injuriante, y la justa satisfaccion que me corresponde, la
que imploro con tiempo para no dár lugar a la sorpresa de mi adversario.
Dios guarde á Vuestra Señoría. Huaráz Enero 7,, de 1824.
Señor Ministro
Ignacio del Alcazar (Rubricado)
(Al margen)
Contestada en 14 de Enero.
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