Page 118 - Guerrillas y montoneras durante la Independencia - Vol-5
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Volumen 5
                                                                        Documentos de 1823
            este ganado sobraron veinte bueyes, cuyo destino sabe Vuestra Excelencia. En
            consecuencia todo ha sido legalmente distribuido como lo probaré, con esta
            lijeresa ataca un Comisario á un Gefe Militar de mis circunstancias.
                    Yo no puedo asegurar á Vuestra Excelencia las medidas que tomaré
            para satisfacer mi rabia y mi dolor.
                    Nuebamente pido á Vuestra Excelencia humildemente perdone gene-
            rosamente, como no lo dudo, mi estilo atrevido.
                    Excelentísimo Señor
                                                        Juan Lavalle (Rubricado)
                    Excelentísimo Señor Supremo Gefe del Estado.


                                       A.H.M.H. Mss. O.L. 71 - 183.



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                    Excelentísimo Señor
                    Nunca presumiría molestar la atencion de Vuestra Excelencia si las
            circunstancias presentes demasiado criticas para el enemigo no me obliga-
            ran á renobar las diligencias yá repetidamente practicadas. En efecto, muchas
            veses han sido embiados por mi al Comandante General de las Partidas de
            la Sierra, y aun al señor Secretario de Guerra mis memoriales, sin que haya
            podido obtener en alguna ocacion respuesta faborable. En ellos hé hecho ver
            suficientemente el distinguido lugar, que debe ocupar esta Partida en el apre-
            cio general, ya por la exselente posicion en que se halla muy oportuna, por
            la cercania del enemigo, para llamarle a menudo la atencion, yá por hallarse
            acrecentada con cerca de 400 plazas casi todos pasados, y ya en fin, porque
            acredita, sin duda, algun valor y patriotismo tropa que desde que se creó, ha
            estado á vista del enemigo, fatigandolo quanto le há sido posible, fiada en los
            serros, y lugares ynaccesibles de estas montañas, sin armas, municiones, ni
            alguna cosa de las necesarias para hacer una guerra razonables.
                    Allandose al presente armadas mas de las dos tercias partes de la jente
            congregada, pudieramos seguramente aIcansar en muchas ocasiones ventajas
            considerables sobre el enemigo, si esta misma jente estuviera racionalmente
            municionada. A esto se han dirijido desde el principio mis miras, y todas mis
            diligencias han sido frustradas, no se por que.



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