Page 72 - Guerrillas y montoneras durante la Independencia - Vol-3
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Volumen 3
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            lugar de retirarse con orden sobre Pisco a reunirse con el Mayor emprendio una
            retirada desordenada por el camino de la playa hasta Cañete donde llego el día
            2 al amanecer habiendo perdido cinco hombres que pueden estar dispersos dos
            solo sabemos han muerto, encontrandose en el camino con una partida de la
            tropa de Arana, la acuchillaron en cuyo numero dicen que hay dos oficiales.
                    Apenas instruido de este lance, mande dos oficiales a la orilla izquier-
            da del rio con orden de detener alla todos los dispersos; hice venir a la caba-
            llada: con ella y la gente que tenia en Cañete pase al otro lado del rio, donde
            monte con caballos frescos a todos los dispersos, y me puse inmediatamente
            en marcha para salvar si posible al Mayor o hacer lavar en la sangre de los que
            tan vergonzozamente lo habian abandonado el afrenta hecho al nombre de
            Husares.
                    Pero en la inmediacion de los Positos, tube el inexplicable gozo de sa-
            ber que por un rasgo de valor de que hay pocos exemplos y que ha de lucirse
            por jamas en los fastos militares del pais habia salvado a los 27 hombres que
            componian su peloton acuchillando y tomando toda entera a la compañia de
            Cazadores del Infante.
                    Avisado por un soldado mandado a ese proposito que el enemigo ha-
            bia aparecido sobre Caucato se marchaba al trote a reunirse con el resto de
            su fuerza, cuando a la inmediacion de la hacienda los negros le avisan de la
            fuga de los suyos y que el enemigo estaba alla con mucha fuerza viendo el
            caso desesperado, inspiró a sus oficiales y soldados el ardor que le animaba y
            entonando la cancion patriotica marchan sobre la hacienda resueltos todos a
            vencer, o morir con honor. A la vista de la infanteria enemiga que coronaba
            la Yesera hacen tocar la que creian la ultima diana y marchan con calma y por
            una senda estrecha espuestos al fuego graneado del enemigo a sesenta baras
            de distancia, hasta que hallando un lugar por donde subir el valiente Mayor se
            arrojó en medio de los enemigos seguido de sus bravos y semejantes al rayo
            sembraban por todas partes la muerte, refugiados una porcion de soldados
            enemigos en los muchos huecos de la Yesera continuaban a hacer fuego, cuan-
            do dexando sus caballos nuestros valientes se arrojaron a pie sobre ellos con
            el sable y la lanza y todos quedaron o muertos o prisioneros, unos treinta y
            seis hombres entre sanos y heridos quedaban en nuestro poder, el Mayor Sou-
            langes teniendo que emprender una retirada mui dificultosa cortado por un
            enemigo demasiado numeroso ya visto, antes de efectuarla respetó en ellos el
            valor desgraciado y los puso en libertad haciendoles jurar de no volver a servir



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