Page 28 - Guerrillas y montoneras durante la Independencia - Vol-2
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Volumen 2
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            clima, esterilidad fuera del reducido valle y demas remarcables circunstancias,
            no pueden opinar contra lo que he informado ni proponer arbitrio, como no lo
            propóne; ni lo encuentra dicho Otero para lo que V.E. me indica en su citada.
                    He expresado á V.E. con repetición que fuera del cañon que forma
            dicho valle no puede sostenerse absolutamente tropa alguna: el rio principal
            corre por unos terrenos intransitables y cuios temperamentos son insufribles
            al paso que despoblados y punto mas frio que la misma Cordillera hasta una
            legua y abajo de Jauja : asi es que entre resolverse á atacar a los enemigos don-
            de esten, ó evacuar aquellos lugares, no cave un medio, y por lo mismo tampo-
            co lo hay para conservarse alli tropas y sostener los puestos sin comprometer
            una acción mui aventurada contra mui superiores fuerzas.
                    Desde que empeze á replegarme de Huancayo tube por principales ob-
            jetos el de ganar situación para conservar libre retirada antes que las Divisio-
            nes enemigas pudiesen estrechar a la mia, y el de encontrar con la del mando
            del Virrey La Serna, para batirla, como la mas debil, en concepto de que debia
            caer al interior de aquella Provincia en derechura á Jauja según se me asegura-
            ba contestemente por diversos conductos y comunicaciones, no quedandome
            duda aún de que ésta fue su intención. Supuesto esto, yo debía haber atacado
            á Canterac á todo tranze, como estuve resuelto, ó no debia dar lugar á que se
            me aproximasen, porque en este caso con solo ser perseguido perdia mi tropa
            sin atacar ni ser atacado en la marcha por un pais y cordilleras por donde te-
            nia que atravezar. Estas reflexiones me obligaron á benir replegandome con la
            seguridad que lo he efectuado, y ellas unicamente pudieron salvar la tropa sin
            ponerla en el riesgo que mas ó menos ofrece todo ataque.
                    Por último, señor Excelentisimo, para poder tratar y entendernos de-
            bidamente sobre este crítico asunto creo de necesidad que conferenciemos,
            como lo propuse: los Cuerpos no se hallan en estado de repasar la cordillera,
            ni yo puedo ni debo ofrecerme á lo que conosco que es inpracticable sin una
            evidente ruina con gravisimo perjuicio ó perdida del pais, del credito de V.E.,
            el del Exercito, y el mio primero que el de todos, aunque sea el que menos
            importa.
                    Ha sido desgracia que ya en dos ocaciones al estar nuestra tropa en el
            acto de atacar á este enemigo se ha suspendido por la fuerza de las ordenes
            para cumplir los armisticios; y temo mui fundadamente que tengamos que
            arrepentirnos mucho de no haber destrozado esta fuerza enemiga, cuando
            pudimos hacerlo: mui desaogadamente si no huviese sido el impedimento de



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