Page 183 - Guerrillas y montoneras durante la Independencia - Vol-2
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
Guerrillas y montoneras durante la Independencia
(Al margen)
Se recibi el 14 del que rige y se le contesto
Al Señor Comandante General de Guerrillas Don Toribio Davalos.
L.L. Mss. Fot. B.N.P., s.c.
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Copiador de los oficios dirigidos al Excelentisimo Señor Protector del
Perú los señores secretarios de Gobierno, Hacienda y Guerra, por el señor
Prefecto del departamento de Tarma.– Año de 1821.
Señor Protector. Diciembre 13 de 1821.
Havia omitido dar a V.S. parte del resultado de la sorpresa que di al
enemigo en este punto al amanecer el siete por no haver tenido una noticia
cierta de la perdida que tubieron y destrozos que hicieron despues de mi reti-
rada, pero hoy he llegado, he sido instruido por los que contaron la fuerza al
entrar y salir de que entre muertos, prisioneros, y desertores perdieron sesenta
hombres contandose entre los primeros la mayor parte, y dos oficiales que
murieron en la casa donde estaba alojado el comandante Loriga, el que escapó
por la oscuridad, dejando prisionera la maior parte de su guardia: nuestra per-
dida ha consistido en el oficial de civicos don Manuel Ontesilla, un granadero,
seis soldados de los de Huaraz, y algunos montoneros que entretenidos en
saquear el mucho cargamento que havia acopiado de las haciendas azogues,
fierros de las maquinas, cabrestantes de ellas, y por ultimo de quanto han en-
contrado, les vino el dia, y aunque yo de antemano havia dividido el piquete de
caballeria que se compone de quarenta hombres entre pelotones que ocupa-
ban varios puntos, no fue posible proteger a todos, pero se salbo mucha gente.
Vino el enemigo luego que amanecio que havia perdido como cien cargas y
hasta los equipajes de los oficiales que estaban en casas particulares desple-
garon su ferocidad contra el pueblo, que no habia tenido la menor parte, a
las seis de la mañana comenzó el mas escandaloso asesinato sin reserbar ni a
mugeres y niños que estaban refugiados en sus casas, y lo que asombra, es que
a dies y siete, que desde el dia que llegaron estaban complicados en servirlos
a todos los fusilaron: este procedimiento me da margen a hacer lo mismo con
un soldado español que tengo prisionero el que ya esta en capilla, y no hago
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