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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
             La rebelión de Túpac Amaru II
            mismo vais a usar conmigo y familia y el resto de herrentes vasallos el mas ge-
            neroso y benigno indulto que se habrá admirado en las edades; Sor. postrado
            a vuestras plantas con el mas profundo respeto aquel escandalo del Perú, aquel
            cuyo excesos y errada conducta pusieron en el grado de caudillo y promotor de
            las muchas lastimas que llora este Reyno soy, Señor, no ignorais, Diego Chris-
            tobal Tupac Amaru hermano de aquel infeliz Josef Gabriel, movil de esta revo-
            lución, su conducta sus pasos, sus intenciones y motivos en vuestro tribunal los
            expondría y por su confesión o por el proceso estareis informado. Yo lo seguí
            (ya en otra ocasión os signifiqué señor) no ambicioso de honor, no movido de
            avaricia, ni menos con ánimos de revelarme contra mi Rey y Sor. aunque las
            apariencias lo mostrasen. Ignoré absolutamente sus ideas. Jamas me comunicó
            sus proyectos. Tratábame como hijo (que asi era su trato continuo) y cuando ya
            tuvo decretado el primer yerro en Tungasuca, me ordenó con pena de muerte
            lo que habia de obrar. Despues que así lo ejecuté como es notorio avasallando
            el ánimo de los indios que con la dura opresion de los Corregidores se halla-
            ban prontos a la extirpación de ellos y aun su nombre, de que haran presentes
            sus quejas, y asi tengo fabricada con yerros la cadena que arrastro. En todo me
            confieso culpado; no pretendo minorar mis delitos; que si ellos son grandes,
            asi mayor la piedad del Rey mi Señor en disculpar mi flaquesa y cubrir mis
            ignorancias con la Real clemencia. Acordeme Señor para engreir mis pensa-
            mientos tener mis venas algun atomo de Tupac Amaru; y hoy para anonadarme
            os traigo a la consideración estos, propio para moveros a lástima, y a mi para
            mayor confusión pues no obré como debia. Estas armas son las que ofendieron
            el acatamiento del Rey y Sor, ahora las rindo con ánimo serio de volverlas a to-
            mar a mi vida aunque me cierta una muerte. Alla en Azángaro quedan algunas
            piezas que no las quice traer por que los amotinados no presumieran venian a
            fomentar mas motines. Disponed de ellas lo que fuere del servicio del Rey y mi
            Señor; lo propio de mi persona y familia. Solo si suplico que no sean tan dura
            mi suerte que pierda la libertad y honor que para ello protexto perder la vida si
            posible fuera mil veces en obsede la Majestad ofendida. Fabricaré nuevos méri-
            tos si me lo permitiesen aunque sea granjearme nuevo nombre y séquito y mis
            operaciones, para que de ese modo enteramente borrada la mancha que en pu-
            blico tiene estampada mi desventurada conducta; asegurando como debe ase-
            gurar que en lo futuro seré el mas fiel servidor de su Majestad Soberana, como
            el tiempo acreditará pues si la piedad del indulto se me antelace tiempo ha, sin
            duda que tambien hubiera anticipado mi obediencia de la que solo me retardó



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