Page 51 - La Revelión de Tupac Amaru II - Vol. III
P. 51
Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
La rebelión de Túpac Amaru II
Cura de Tinta, que salió fugitivo de su doctrina, convirtió sus furias en su casa
y bienes, que se llevó todos; con otros muchos acontecimientos escandalosos,
que no me permiten relacionar las angustias del tiempo y de ellos supongo a
Vuestra Excelencia instruído por los informes de la Junta de Guerra, formada
con ese motivo.— A la verdad Señor Excelentísimo que no podré expresar
dignamente cuanto ha sido y es la turbación de mi corazón a la vista de tan
funestos estragos y los que se temen en el caso de invadir esta ciudad de sa-
crilegios, robos, estupros de vírgenes consagradas a Dios y muertes, y de la
sensible congoja, que por este fundado recelo padece este noble y leal vecin-
dario, no siendo el menor motivo el ver disputados los poderosos y elevados
derechos de nuestro amabilísimo Monarca por un indio rebelde y enteramen-
te abandonado a los más execrables delitos; siendo recelable un progreso de
fuerzas aliadas de las mismas provincias, como nos hallamos impuestos de
que a sus influjos, pésimo ejemplo y perversas sugestiones, se ha engrosado la
facción a un cuerpo de más de diez mil indios y seiscientos o setecientos entre
mestizos y españoles, que le han rendido obediencia.— Los arbitrios de que se
ha valido para atraer a tantos ilusos, son, publicar bando a nombre del Rey, de
que en adelante se quitan los corregimientos y a su consecuencia los repartos;
también las alcabalas, tributos, aduanas, obrajes y cárceles, cuyos objetos los
son de su persecución tenaz, poniendo en libertad a cuantos halla en las cár-
celes, incendiándolas, excepcionando de toda contribución a los que le siguen
y dando franqueza para el robo.— Y por que en esta confusión de cosas pide
la gravedad de la materia, no perder los momentos para cortar el paso a tan
perjudiciales excesos, se han unido los votos para hacer una gloriosa defensa y
escarmentar al rebelde con su castigo: En efecto los vecinos de esta ciudad, lle-
nos de consternación han procurado en tan críticas circunstancias trabajar en
su defensa, aunque vista a buena luz la estimo por infructuosa, por carecer de
armas y de gente, de buena fe en la mayor parte, respecto a haber encontrado
esta sorpresa, desprevenida la ciudad; le ha sido forzoso formar su cuartel en
el Colegio que fue de los regulares expatriados, por su capacidad y fortaleza,
y requerir a los corregidores de las demás provincias nos socorran con gente
y armas, para entrar en el referido designio.— Yo por mi parte tampoco he
perdonado medio alguno capaz de contribuir a esta gloriosa empresa que no
haya abrazado; por que si digo a Vuestra Excelencia, que hice mi Consejo con
mi cabildo y los superiores de las religiones, para deliberar lo más conveniente
a la causa pública y al servicio del Rey, exhorté a todos los eclesiásticos secu-
50