Page 80 - José de la Riva Aguero - Vol-2
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Volumen 2
Documentos varios
Señor don Jose Felix Xaramillo
Lima Noviembre 13 en 1829
Apreciado amigo
Tomo hoi mismo la pluma no pudiendo omitir su grata memoria en
este dia del Peru. Dia en que mi imajinacion te veia precente en esta camara de
diputados. Me figurava berte divagar con nosotros, y trajinar insesantemente
á nuestros indios cabezones. ¡Ah que trabajos tan bien logrados!
Tu saves que jamas he sido ni cobarde ni injusto. De aqui puedes cal-
cular mis arrojos y el deseo de notarte el pormenor de los sucesos seres brebe
amigo querido.
Apenas logramos arrancar de la Camara se biese en este dia el asunto
de nuestro mui querido amigo é idolatrado compatriota, cuando nos disper-
samos por toda la Ciudad haciendo un convite general. Blancos, Negros, mu-
jeres y niños, todos concurrieron gustosos llenando la Barra, atrio, angulos y
techos. De esta manera se llamo de tal modo la atencion de la Camara; que
los pobretes quedaron Cortados é inmoviles. Principio la seción y mientras se
ocupaban en otras materias, el concurso hacia con estrepito notar su hancie-
dad. Despues de algunos asuntos, al fin se leyó la mocion de un Gran Delfin
hombre enemigo antes de don Jose, y al principiar la lectura todo el pueblo se
paró apiñandose, y acercandose para mejor hoyr. Se pidieron los documentos
todos y los decretos de proscripcion. Puestos á la vista, fueron leidos en vos
alta y cuando se informó el pueblo de no haber firmado en la proscripcion, ni
Presidente si Secretarios; aqui fue Troya.
Un ruido aterrante y amenasador retumbó por la sala y no se que hu-
biera sido de los tales monigostes, si no se someten al partido de la justicia.
Nunca, jamas esperava yo semejante arrojo de un pueblo tan melancolico e
inerte. Hoi me agrado mas en mi sociedad y siento desde este momento amar-
lo con mas orgullo.
Carabedo fue el arrojado á tomar la tribuna dando aliento á esos cuita-
dos taciturnos. Este dijo un dicurso en fabor que á cada paso fue interrumpido
con vivas y palmoteos. No era esta barra la que se sometia al orden ni acallaba
con campanillas. ¡Que bueno amigo! ¡Que bueno terminado el discurso de
este famoso Iqueño se procedio á botar, vivos saltaron todos como por resorte
poniendose de pie; con una tactica asombrosa. A este suseso se evaquó la ba-
rra dandose todo el numeroso concurso abrasos y para bienes. Corrian de alli
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