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han permitido la acción del Estado en contra del delito de corrupción en las regiones del
país; como resultados concretos podemos mencionar las acciones en Tumbes,
Cajamarca, Áncash, Loreto, Pasco, Madre de Dios, entre otras.
(Aplausos).
En las localidades y regiones donde se dio el congelamiento de cuentas, el Gobierno
intervino en la ejecución de los proyectos, para que estos no se paralizaran y la
ciudadanía no se viera afectada.
También ha sido desarticulada y encarcelada la Red Orellana, cuyas ramificaciones
ilícitas están siendo investigadas gracias a las pesquisas de la Procuraduría y del Poder
Judicial y Ministerio Público.
(Aplausos).
Hoy puedo decirles que el narcotráfico ya no es un poder paralelo en el Vraem. Solo en
los primeros seis meses de este año, mil 300 hectáreas de cultivos ilícitos de hoja de coca
ubicados en el Vraem se han transformado en terrenos para sembrar productos
alternativos, como café, cacao y piña. Esperamos duplicar esta cifra el próximo año y
beneficiar así a 30 mil peruanos y peruanas.
Sin embargo, un hito sin precedentes de estos cuatro años de gobierno es que hemos
recuperado, para la agricultura nacional, más de 98 mil hectáreas que se dedicaban
antes al cultivo ilegal de hoja de coca y hemos incinerado casi 150 mil kilos de droga.
En el Vraem, la estrategia para la reducción de cultivos de hoja de coca dirigida al
narcotráfico no es llevada a cabo por el Ministerio de Defensa o el Ministerio del Interior,
la estrategia es dirigida por el Ministerio de Agricultura, empeñada en buscar la
reconversión de cultivos y su erradicación voluntaria.
Más temprano que tarde, el Vraem será pacificado, así como ha sido ya pacificado el
Alto Huallaga y levantado el estado de emergencia allí, cuya realidad mereció una
estrategia distinta que permitió a nuestras fuerzas combinadas de la Policía Nacional del
Perú y las Fuerzas Armadas reducir con éxito a personajes tan nefastos como ‘Artemio’ o
‘Alipio’ y darles una oportunidad de desarrollo e inclusión a todas las familias del interior
del país en esas zonas.
(Aplausos).
Desde el inicio de nuestro gobierno asumimos como prioridad el problema de la
seguridad ciudadana. Implementamos políticas públicas de corto, mediano y largo plazo
para integrar el sistema de seguridad entre la comunidad, los gobiernos locales y
regionales y, asimismo, fortalecer a nuestra Policía Nacional.
Estas políticas fueron plasmadas en el Plan Nacional de Seguridad Ciudadana 2013-
2018, que recoge las acciones, metas e indicadores que hoy guían la enorme inversión
que venimos realizando para mejorar la seguridad en nuestro país.
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