Sesión
del Pleno del Congreso de la República, de
fecha 12 de noviembre de 1998, en la que se inició el debate sobre el
Tratado de Comercio y Navegación y el Acuerdo Amplio de Integración
Fronteriza, Desarrollo y Vecindad, suscrito con el Ecuador.
El señor Presidente Víctor Joy Way Rojas. Con la exposición del señor Oswaldo Sandoval Aguirre, presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores, se inicia el debate de los dictámenes aprobados por unanimidad por dicha Comisión, recaídos en los Proyectos Núms. 4166/98-CR y 4166-A/98-CR del Poder Ejecutivo, en virtud de los cuales se aprueban el Acuerdo Amplio de Integración Fronteriza, Desarrollo y Vecindad y sus Anexos y el Tratado de Comercio y Navegación, suscritos entre las Repúblicas del Perú y el Ecuador, en Brasilia, el 26 de octubre de 1998
El señor PRESIDENTE. Continúe, señor Relator.
El RELATOR da lectura:
"Dictamen de la Comisión de Relaciones Exteriores, por unanimidad, en el Proyecto Nº 4166/98-CR, del Poder Ejecutivo, remitiendo un proyecto de Resolución Legislativa por el que se aprueba el Tratado de Comercio y Navegación, suscrito entre las Repúblicas del Perú y Ecuador el 26 de octubre de 1998."(*)
"Dictamen de la Comisión de Relaciones
Exteriores, por unanimidad, en el Proyecto Nº 4166-A/98-CR, del Poder Ejecutivo,
remitiendo un proyecto de Resolución Legislativa por el que se aprueba
el Acuerdo Amplio
de Integración Fronteriza, Desarrollo y Vecindad y sus
Anexos, suscrito entre las Repúblicas del Perú y Ecuador el 26
de octubre de 1998."(*)
El señor PRESIDENTE. Puede hacer uso de la palabra el señor César Zumaeta para una cuestión previa.
El señor ZUMAETA FLORES (PAP). Señor Presidente: Habíamos acordado en el Consejo Directivo que, previo al debate de este asunto, tanto del Tratado de Comercio y Navegación como del Acuerdo Amplio de Integración Fronteriza, se iba a poner en debate, vía una cuestión previa, un planteamiento que hemos suscrito varios congresistas de la oposición sobre la postergación de este debate, y que el Congreso se aboque a la tarea de ver la Ley de Desarrollo de la Amazonía y el tema que viene reclamando Loreto sobre el asunto de su autonomía y sobre la posibilidad real de que ellos van a hacer una consulta este 22 de noviembre.
Así que le ruego que esto se respete y que, antes de ingresar al debate de fondo sobre los tratados, el Pleno del Congreso se aboque a esta tarea de discutir este planteamiento que hemos hecho, señor Presidente.
Yo le ruego que no acoja, sino que sencillamente considere que éste es un temperamento que ha sido acordado en el Consejo Directivo.
El señor PRESIDENTE. Sobre la cuestión previa, puede hacer uso de la palabra el señor Carlos Ferrero.
El señor FERRERO COSTA (C90-NM). Presidente: Creo que el Congreso debería de considerar las siguientes tres razones para no aceptar la cuestión planteada por nuestro colega Zumaeta.
La primera es que al país, hoy, tal como están las cosas y en la realidad de los acontecimientos, le interesa que los tratados se cumplan hasta el final. Dentro de ello, para el Perú es fundamental la colocación de los hitos. Y como esa colocación de los hitos debe concretarse junto con los tratados que quizás aprobemos en estos días, no puede haber colocación de hitos si es que no hay aprobación de tratados. Como es de interés del Perú que la frontera quede completamente cerrada, la demora en la colocación de los hitos en opinión nuestra perjudica hoy el interés nacional.
En segundo lugar, la discusión de una ley para la amazonía requiere que la propuesta sea ampliamente debatida, sin apresuramiento, lo que quiere decir que vamos a necesitar, quizás, algunas semanas y dentro de esta legislatura, para que esa ley pueda ser motivo de un análisis cuidadoso, con opinión de todos aquellos que deben opinar.
Si ahora decimos que para poder tener tratados requerimos aprobar de inmediato la Ley de la Amazonía, estaríamos apresurando ésta sin darle el debate que requiere y que exige además la ciudadanía para poderla conocer y participar.
Y, en tercer lugar, nos negamos a pensar que nuestros compatriotas de Loreto tan peruanos como el resto están poniendo una condición, porque no es cierto. Estoy seguro que los loretanos y los amazonenses y todas nuestras fronteras no le ponen al Congreso una condición según la cual van a compartir su opinión favorable sobre el tratado sólo si hay una Ley de la Amazonía previa.
Al contrario, estoy seguro que ellos entenderán que, en cuestiones de interés nacional, tales condiciones no pueden ser establecidas y que, por consiguiente, hay que hacer las cosas con la prioridad que tienen.
En este momento, para el Perú es importante que se lleven adelante los tratados en la forma acordada y, por tanto, no debe haber una demora condicionada a un proyecto de ley que requiere mayor debate.
Por esa razón, pido que la cuestión planteada se rechace.
El señor PRESIDENTE. Señor Olivera.
El señor OLIVERA VEGA (FIM). Señores: El pedido de postergación planteado se justifica plenamente, porque lo pide la población afectada y postergada por décadas; compatriotas que claman justicia y que hoy ven aun mayor el peligro de postergación y de desintegración con el Perú ante la falta de leyes que promuevan real y efectivamente la amazonía nacional.
En los días en que han circulado diversos personajes civiles y militares en la Comisión de Relaciones Exteriores, un argumento que se ha utilizado con frecuencia es el de los hechos consumados; y, frente a esos hechos consumados, los jefes militares que han dado su opinión han incidido en que hay que tener mucho cuidado en la ejecución de esos tratados cuya aprobación sería inevitable, y eso obliga a que el Estado peruano dé la prioridad y la atención urgente a los proyectos de desarrollo de la amazonía nacional.
Lo que se está pidiendo hoy es plenamente justo y totalmente oportuno. No se puede aceptar que se pretenda consagrar no solamente la penetración geopolítica de los ecuatorianos, sino privilegios tributarios y económicos que lo único que van a hacer es alentar la consolidación del Ecuador en su anhelada presencia amazónica, con la agravante de que tal presencia amazónica es en territorio peruano.
A los que nos vienen a hablar ahora de la prioridad de cerrar las fronteras como interés de los peruanos, les respondemos que claro que nos interesa cerrar la frontera, pero dentro del Protocolo de Río de Janeiro y sin ecuatorianos adentro. Y no nos vengan a plantear ningún tipo de chantaje, porque hasta el día de hoy las minas ecuatorianas están en territorio peruano; allí donde se tienen que colocar los hitos, en esa línea de frontera que ha significado vulneración de territorio peruano y restricción de soberanía, según el fallo de los países garantes.
No nos vengan a decir que no se van a colocar los hitos, cuando todos sabemos lo que ya se anunció: que por razones climatológicas no se podrán colocar por lo menos hasta el mes de marzo, porque las lluvias ya están cayendo en toda la zona.
No nos vengan a decir que no conocen el chantaje que está imponiendo el canciller ecuatoriano Ayala cuando dice que ellos no colocarán ni un hito en la frontera mientras no se informe y no se determine dónde estarán ubicados en territorio peruano los enclaves denominados "centros de comercio y navegación".
Entonces, señor Presidente, no hay razón alguna para la urgencia, más aun cuando estamos recibiendo noticias un tanto alarmantes.
En tanto que al Congreso peruano se le quiere hacer marchar a paso acelerado, sin convocar a las personalidades que tienen que opinar en esta materia, sin escuchar al pueblo de Iquitos, de Loreto, allá en la amazonía, el Congreso ecuatoriano se niega a discutir este tratado de libre navegación y, más bien, pretende saltar a la garrocha una obligación parlamentaria que aquí sí se está cumpliendo.
Definitivamente, según lo establece la Constitución, aquí hay materias que comprometen soberanía nacional, aquí hay materias que comprometen integridad territorial. Por eso es que nosotros apoyamos resueltamente este pedido que ha tenido su origen en el Frente Patriótico de Loreto, en el pedido de la Asamblea de Alcaldes de Maynas, los alcaldes libres que no aceptan chantaje; no porque la patria esté a la venta, sino porque es una cuestión de principios el que se atienda de una vez por todas las justas demandas de la amazonía.
El señor PRESIDENTE. Un momentito. Esto es una cuestión previa. No hay cuestión de orden, estamos en cuestión previa.
Como una cuestión de excepción, la Presidencia, que debió haber puesto de inmediato al voto la cuestión previa, está permitiendo un debate, y va a ser estrictamente de cinco minutos por grupo político. Ya participó el APRA, Cambio 90 y el FIM.
Puede hacer uso de la palabra el señor Henry Pease.
El señor PEASE GARCÍA (UPP).
Señor Presidente: En el Consejo Directivo último, yo hice también
este
pedido, y pensamos nosotros que no es posible que el Congreso de la República,
que representa a todos, deje de lado el clamor de una parte del país.
Esto tiene que discutirse en el Congreso y con presencia de los ministros responsables,
porque no es posible ver los propios tratados sin ponerlos en el marco de una
estrategia nacional de desarrollo de la amazonía.
La mayor crítica que se tiene que hacer a este proceso es, justamente, que, mientras Ecuador tiene objetivos claros, estratégicos y geopolíticos, que los consigue con ese tratado, los objetivos del Perú están borrosos, porque no se puede contestar diciendo simplemente que el único objetivo del Perú es cerrar la frontera.
La frontera no es simplemente un problema de hitos; también es un problema económico, también es un problema comercial, también es un problema cultural. ¿Dónde está la decisión política del Perú de proteger, de promover, de levantar a los pueblos más olvidados de la patria, que son justamente los que están en sus fronteras?
Es por eso, señor Presidente, que es indispensable que este debate se vea antes, y nadie está pidiendo que mandemos al próximo mes la ratificación de los tratados.
En este momento, Ecuador todavía no ha ratificado los tratados. Podríamos perfectamente comenzar ahora llamando a los ministros y discutiendo los términos de una estrategia integral del desarrollo de nuestras fronteras amazónicas. No se olviden que Loreto y Amazonas son los lugares donde operará el Tratado de Comercio y Navegación.
¿Así que nosotros podemos, en tanto representantes del pueblo, hacer que se decida sobre estos tratados sin tener en cuenta que eso tiene que ser puesto en términos de una estrategia nacional para el desarrollo de esas zonas? Justamente, por falta de eso, por falta de esa estrategia nacional, por falta de esa planificación indispensable, es que nuestras poblaciones de fronteras se sienten abandonadas, tal como lo han expresado acá.
La mayor parte de la población se está expresando en este sentido, se está expresando contra lo que está haciendo el Gobierno; y pareciera que ustedes creen que eso se resuelve haciendo gran campaña publicitaria y tratando que se sientan, si es posible, hasta amedrentados quienes critican o quienes se ponen en contra.
Reflexionen por un momento en que el consenso del país es condición básica para asegurar la paz, y que la paz dentro del Perú es tarea primera del Estado peruano, condición indispensable para lograr la paz internacional; y no se hace paz excluyendo, no se hace paz ninguneando a los pueblos amazónicos.
Por eso estamos reclamando que haya acá un debate y que haya, por lo menos, un marco dentro del cual nuestra amazonía pueda sentir que nos vamos a comprometer todos los congresistas, de todas las tiendas políticas, a no dejarlos a su suerte; a no dejar que, mientras que los vecinos del Ecuador sí tienen un Estado que los defiende, los peruanos de Loreto, los peruanos de Amazonas, sean olvidados por su propio Estado. Eso es lo que tiene que estar definido aquí; y para eso, señor, necesitamos ese debate y esa ley marco.
El señor PRESIDENTE. Puede hacer uso de la palabra el señor Chirinos, por el grupo Renovación-PPC, por cinco minutos.
El señor CHIRINOS SOTO (Ren). Señor Presidente: Voy a ser más conciso de lo que suelo ser de ordinario; y soy bastante conciso.
Primero, el Congreso del Perú es el primer Poder del Estado, órgano supremo de la soberanía nacional. Cualquier reunión de alcaldes tiene el máximo de mis respetos, pero ninguna puede intentar sustituir la voluntad del Congreso de la República.
Segundo, estos tratados tienen tres años de estudios; estos tratados han sido analizados por los expertos de América; en estos tratados yo advierto el genio jurídico del Brasil.
Tercero, es urgente que, haga lo que haga el Ecuador, nosotros ratifiquemos los tratados que forman parte de un solo todo; y ese todo es, por fin, la paz entre el Perú y el Ecuador, en nuestros términos.
Señor Presidente: Para mí, lo mejor
del acuerdo me parece Tiwinza, porque Tiwinza es un plato de lentejas: es un
kilometro cuadrado contra el cual el Ecuador cambia su aspiración a doscientos
mil kilómetros de territorio peruano. Si eso no es una victoria en el
mundo de la diplomacia y del derecho, entonces ya la palabra "victoria"
habría perdido su razón de ser.
La comunidad americana está con nosotros. El mundo aplaude lo que se ha hecho y lo que hoy o mañana vamos a hacer: ratificar los tratados. Tenemos hasta la bendición del Santo Padre. El genio jurídico de los brasileños pienso, del presidente Fernando Enrique Cardoso nos ha hecho hasta ese obsequio: una bendición del Papa para dos pueblos eminentemente católicos; y el Papa ha recordado en su bendición a Santa Rosa de Lima y a Santa Margarita de Quito.
Señor Presidente: Yo quiero aprovechar esta oportunidad para expresar mi más calurosa felicitación al señor Andrés Marsano Porras, presidente de la empresa que edita El Sol, por el magnífico volumen que ha lanzado a circulación, que resume lo que es la coronación del Protocolo de Río de Janeiro; y el Protocolo de Río de Janeiro fue la primera victoria clara que hemos obtenido en nuestros seculares conflictos de Lima.
Regatear ahora nuestra aprobación, empezar con cuestiones dilatorias, previas...
Daremos la Ley de la Amazonía; daremos diez leyes de la amazonía; vendrán a las comisiones, los alcaldes y los pobladores. Pero me sorprende que Loreto departamento por el que yo tengo tanta admiración y que he visitado muchas veces no haya sentido la atracción geopolítica del Brasil, sino que se haya mantenido irrevocablemente peruano. Loreto también va a entender que estos tratados le convienen a Loreto más que al resto del país.
Pido, señor Presidente, que no haya dilaciones y que entremos al debate y a la necesaria e inevitable aprobación de los tratados que tenemos en Mesa.
Muchas gracias.
El señor PRESIDENTE. Gracias, doctor.
Vamos a cumplir con lo que anuncié: cada grupo político va a tener sus cinco minutos para que tengan oportunidad de opinar.
Tiene la palabra el señor Javier Alva, por el grupo CODE-AP.
El señor ALVA ORLANDINI (CODE-AP). Señor Presidente: Consideramos que éste es un tema de vital importancia para el país, y no se puede regatear el tiempo.
Hay la teoría oficial en el sentido de que se debe dar prioridad al debate de los dos proyectos de resolución legislativa, mediante los cuales se aprobarían los tratados convenidos por los cancilleres de Perú y de Ecuador, y que el debate de la legislación sobre el desarrollo de la amazonía debe hacerse con la parsimonia, con la cautela y con el tiempo que requiere tratar un asunto que es de suyo complicado.
Me parece que se está planteando una suerte de ley del embudo: lo angosto para el país, lo ancho para el exterior.
La amazonía está relegada; reclama intensamente, en todos los tonos, que se dicte una legislación apropiada para su desarrollo sostenido. Hay proyectos presentados desde hace más de un año; uno de ellos del que soy autor conjuntamente con el congresista Donayre es para los efectos de que se exonere de tributos y se dé una serie de otras facilidades a la amazonía peruana con la finalidad de que esta situación de postergación, derivada de su ubicación geográfica, principalmente, pueda ser superada.
Sin embargo, el Congreso de la República no ha tenido hasta ahora el tiempo necesario para el efecto de debatir un asunto que es de importancia fundamental para la nación.
La amazonía tiene más del cincuenta por ciento de la extensión superficial del país y, por lo tanto, requiere una atención prioritaria para que se integre plenamente a la economía nacional.
Consideramos, desde luego, que es de importancia
también para el Perú el resolver para siempre, en forma definitiva,
todo problema de conflicto con las naciones limítrofes, y especialmente
con Ecuador. Pero toda solución tiene que ser consecuencia del consenso
nacional, y lamentablemente no se ha buscado el consenso: se ha tratado de hacer
protagonismo personal con asuntos que son de interés de todos los peruanos;
y advertimos que esta situación ha derivado en hechos que a fines del
mes pasado se tradujeron en acciones de violencia, con las cuales nosotros,
naturalmente, no estamos de acuerdo; pero la desinformación es casi total
en el país, y
especialmente los pueblos de la amazonía, que están tan lejos
de la Capital de la República, no han sido informados.
La cuestión previa que plantea el congresista Zumaeta, evidentemente, es importante. Hay un cordón umbilical entre la solución al problema internacional y el desarrollo de nuestra amazonía. No se puede dejar inerme a la zona de selva del Perú frente al desarrollo que eventualmente se puede derivar de la firma de los tratados con la República del Ecuador. Consideramos que no se puede fincar expectativas en un gobierno que ha ofrecido tanto y ha cumplido tan poco.
Ésas son las razones por las cuales creemos que la cuestión previa debe ser aprobada con el fin de que se dé prioridad a la legislación sobre la amazonía del Perú.
Muchas gracias, señor.
El señor PRESIDENTE. Gracias.
Tiene la palabra el señor Jorge Donayre, por el grupo DEMO.
El señor DONAYRE LOZANO (DEMO). Señor Presidente: Mi intervención es de respaldo a la moción planteada para que se postergue este tema, a tratarse hoy día, respecto al Tratado de Comercio y Navegación.
En este Parlamento y en algunos medios de comunicación, se trata de confundir la posición patriótica del pueblo de Loreto, la cual es totalmente clara en este tema. La posición de este pueblo profundamente patriota no permite, no autoriza que se confunda el tema de las leyes de promoción al desarrollo de la amazonía con lo que significa la entrega de territorio peruano a los ecuatorianos dentro de nuestro espacio geográfico.
Esto es lo que no permite el loretano: hablar de leyes de desarrollo de la amazonía como una condición para que los loretanos tengamos que ceder soberanía, como si la conciencia patriótica de los loretanos tuviera precio. Esto es lo que no aceptamos.
Hay que hacer el distingo, Presidente, y me gustaría que me escuche, porque es bueno que me escuche y no conversen entre antipatriotas un tema referido a mi patria. Es una falta de respeto que, mientras yo hable, no me escuche.
El señor PRESIDENTE. Señor Jorge Donayre, le pido retirar la palabra; y solamente retirarla, sin mayores explicaciones. Retire la palabra, señor.
El señor DONAYRE LOZANO (DEMO). Señor, Fujimori ha dicho antipatriotas a los loretanos.
El señor PRESIDENTE. Retire usted la palabra, señor.
La ha retirado. Continúe. Y le pido que baje la voz porque todos lo estamos escuchando.
El señor DONAYRE LOZANO (DEMO). Entonces, ¿a quién me voy a dirigir si el Reglamento dice que debo dirigirme al Presidente? Si el Presidente menosprecia mi intervención o pretende no darle la importancia que merece, ¿qué quiere que le diga, Presidente? Usted me está ofendiendo.
Además, debo recordar que Fujimori llamó antipatriota a mi pueblo, y por eso yo le dije ignorante.
Pues bien, lo que decía, Presidente, es que no se puede confundir el tema referido al desarrollo socioeconómico de la amazonía, cuyas leyes le pertenecen por imperio constitucional, con el tema del Tratado de Comercio y Navegación con el Ecuador. Me parece que acá el doctor Ferrero ha insinuado que los loretanos queremos primero las leyes que benefician a la amazonía.
¡Nos importa un comino esas leyes, señor! Lo que nos interesa es que no se permita el ingreso de los ecuatorianos dentro del espacio geográfico de Loreto. Eso es lo que no queremos, porque la conciencia no tiene precio. La conciencia patriótica debe ser respetada, y esta conciencia patriótica pertenece al pueblo de Loreto.
No más ofensa contra mi pueblo. No confundan. No nos van a comprar con leyes de desarrollo de la amazonía. Con incentivos tributarios, no nos van a comprar. Nosotros luchamos por una convicción patriótica y nada más que por eso.
El señor PRESIDENTE. Gracias.
Se va a votar la cuestión previa.
Vamos a pasar la asistencia mediante el sistema electrónico; para lo cual, sírvanse presionar cualquiera de los tres botones instalados en sus respectivos escaños.
(Los señores congresistas registran su asistencia a través del sistema electrónico)
Se cierra la verificación del quórum. Han verificado su asistencia setenta y tres señores congresistas.
Vamos a votar la cuestión previa sustentada por el señor César Zumaeta.
Los que estén a favor se servirán presionar el botón verde; los que estén en contra, el botón rojo; y los que se abstengan, el botón amarillo.
Al voto, se rechaza la cuestión previa planteada por el señor César Zumaeta, por 49 votos en contra, 18 a favor y 1 abstención.
El señor PRESIDENTE. Ha sido rechazada la cuestión previa. En este caso, no hay la menor duda en el resultado, porque está marcado.
Señor Coral, le pido tomar asiento. Debió haberle pedido a su colega Javier Alva. Es eso lo que tiene que hacerse...
Bueno, ahora va a tener todo el tiempo del caso para que pueda sustentar.
Señores congresistas: Vamos a iniciar el debate del Tratado de Comercio y Navegación y del Acuerdo Amplio de Integración Fronteriza, Desarrollo y Vecindad, suscritos entre el Perú y el Ecuador; ambos, estrechamente vinculados al tratado suscrito en Brasilia, el 26 de octubre pasado, que ratifica íntegramente los términos del Protocolo de Río de Janeiro, el fallo arbitral y los pareceres técnico-jurídicos, y que en su conjunto abren el camino para la paz definitiva y permanente y la cooperación entre nuestros pueblos.
En este largo camino, el Congreso de la República ha tenido hasta hoy un rol de enorme importancia, destacando la aprobación del pedido del Ejecutivo para otorgar carácter vinculante a las opiniones técnico-jurídicas y pareceres de los países garantes.
En el transcurso de estos días, desde el 14 de octubre pasado, con análisis y resultados por todos conocidos, la Comisión de Relaciones Exteriores nos entrega sus conclusiones mediante un dictamen por unanimidad.
Hoy nos toca debatir dos tratados que, como mencioné, están vinculados al histórico y final acuerdo de Brasilia, e igualmente ameritan la seriedad y la corrección que predominaron en esa oportunidad.
Por esa razón, y resaltando que todas las opiniones que hoy se viertan aquí no son sólo totalmente respetables, sino de gran importancia para nuestro país, debo recodar que la nación y el tema a tratar nos obligan a expresar un voto de conciencia, al igual que las opiniones y votos emitidos en las sesiones de los días 13 y 14 de octubre pasado.
Las discrepancias lejos de representar o suponer condiciones de política interna, diferencias coyunturales o intereses personales suponen, en todos los casos, que se pretende recoger la solución más adecuada para el país.
Por esto, invoco que no nos dejemos llevar por el calor del debate, manteniendo la corrección y el respeto que nos debemos como congresistas y colegas, los que debemos a los presentes y a la ciudadanía en general.
En debate los proyectos de resolución legislativa contenidos en los dictámenes aprobados por unanimidad en la Comisión de Relaciones Exteriores, recaídos en el proyecto Nº 4166.
Puede hacer uso de la palabra el señor Oswaldo Sandoval Aguirre, presidente de la Comisión informante.
El señor SANDOVAL AGUIRRE (C90-NM). Muchas gracias, señor Presidente.
Distinguidos colegas: Han tenido que pasar muchas décadas para que representantes de los peruanos, reunidos en esta Sala histórica, puedan confirmar que se inicia una nueva era en nuestras relaciones con un país vecino.
Han tenido que pasar aun más décadas para que un proceso que se inició en el siglo pasado, respecto de la demarcación de todas nuestras fronteras, pudiera concluir; porque debemos saber, distinguidos colegas, que no siempre nuestro país tuvo fronteras que estuvieran demarcadas.
Fue precisamente en circunstancias difíciles, en el siglo pasado, que nuestro país se vio confrontado con esa realidad; es decir que, a partir de procesos en las diferentes fronteras de nuestro país, nos hacían ver que era importante iniciar un proceso de demarcación con nuestros países vecinos. Y así lo fuimos haciendo sucesivamente, a veces en forma traumática y otras veces en forma pacífica.
Es así como se han delimitado y demarcado nuestras fronteras con Chile, con Bolivia, con Colombia, con Brasil; y pensábamos que luego del Tratado de Paz, Amistad y Límites de 1942 terminaríamos también con esa parte de nuestra frontera.
Lamentablemente, el tiempo y la historia nos demostró que estábamos errados.
Es por ello, distinguidos colegas, que el estar aquí presentes ahora no solamente nos convoca a una situación que muchos han calificado correctamente, creo yo como histórica, sino que, además de ello, nos coloca en una situación individual de gran responsabilidad; no con nuestros grupos políticos obviamente, no con nuestro pensamiento ideológico, no con nuestras cercanías o lejanías a otros puntos de vista del actual Gobierno.
No nos convoca tampoco las simpatías o las antipatías. Lo que nos convoca es la responsabilidad con el Estado peruano, con la República del Perú y con el futuro, con la responsabilidad que tenemos de culminar un proceso que fue iniciado por otros peruanos hace muchísimas décadas, cuando se puso el primer hito de la primera frontera demarcada en el Perú.
A nosotros nos corresponderá ser instrumentos a través de los cuales se podrá poner el último hito demarcatorio en toda la frontera que el Perú tiene con nuestros países vecinos y, en este caso concreto, con el Ecuador.
Es por ello que hoy debatiremos este tema muy extensamente, muy ponderadamente, muy responsablemente, muy respetuosamente estoy convencido de ello y muy patrióticamente. En efecto, tanto los que al final voten a favor como los que voten en contra actuarán patrióticamente, porque no se calificará de menos o más patriota a aquel que con su voto manifieste la forma como interpreta su responsabilidad con el Perú. Esto también lo dijimos cuando, en otra circunstancia, tuvimos que ser partícipes de una decisión que era parte del proceso en el que todavía nos mantenemos hoy.
Ése será el tipo de decisión que nos convoque. Y es por ello que hoy no solamente discutiremos dos tratados internacionales. No. Esto, señores, es parte de algo mayor, es parte de todo el proceso al que me he referido antes; es decir, la demarcación final de todas nuestras fronteras. Pero, además, es parte del proceso del acuerdo llamado global y definitivo con el Ecuador; es decir, es parte de la colocación de los hitos con el Ecuador, es parte de un proceso de integración fronteriza y de real y verdadero desarrollo y vecindad, es parte de un proceso de facilidades para el comercio y para la navegación y de otros aspectos adicionales contenidos en el Acta Presidencial de Brasilia; entre otros, por ejemplo, el convenio de aceleración y profundización de libre comercio; y otros más que no son materia de aprobación por el Congreso, sino directamente de aprobación por el Poder Ejecutivo. (Ver figuras 1 y 2)
Y, como dijéramos en otra oportunidad, esto también es parte del Tratado de Paz, Amistad y Límites, lo que precisamente permitirá que los límites que ya se dieron con el Protocolo de Río de Janeiro terminen de demarcarse. Pero también es parte de la paz, que se declaró en ese Protocolo de Río de Janeiro, y de la amistad.
Si bien los límites están físicamente representados por los hitos que se pondrán en las próximas semanas, en el largo debate que tuvimos en la Comisión de Relaciones Exteriores, decíamos: dónde se representa la amistad y dónde se representa la paz de ese Protocolo que firmamos en el año 42. Yo sostengo que ojalá que esa paz y esa amistad se reflejen, precisamente, a través de los tratados que vamos a discutir, que vamos a debatir y que, ojalá, vayamos a aprobar con una amplia mayoría el día de hoy.
Y yo les quiero decir, distinguidos colegas, que
les hablo con la más absoluta sinceridad cuando les digo que, invocando
a Dios, ojalá que yo tenga la capacidad de poder convencerlos como
estoy convencido yo de la importancia, de la trascendencia y de los beneficios
que estos tratados traen a nuestro país.
Yo quisiera ser suficientemente elocuente y poder tener los énfasis y los argumentos que existen para poder convencer a aquellos que pudieran no estar aún convencidos. Les ruego, colegas, que me den, en estos breves minutos, el beneficio de oírme con el ánimo de que ojalá algunos de los argumentos que utilice pudieran servir para convencerlos como yo estoy convencido de los beneficios de estos tratados para el Perú. (Ver figura 3)
El de la demarcación no es un tema, obviamente,
que se tiene que traer a discusión a este Congreso en circunstancias
del debate de los tratados. Sin embargo, muy rápidamente debemos recordar
cómo, desde las aspiraciones máximas que tuvo el Ecuador en sus
orígenes, cuando manifestaba el desconocimiento del Protocolo de Río
de Janeiro, establecían los ecuatorianos sus límites en zonas
que obviamente siempre fueron peruanas y que lo continuarán siendo. Ésta
era la posición máxima en el Ecuador. En el Ecuador se decía,
colegas, que esto era el Ecuador. (Ver
figura 4)
Pero luego hubo otra posición, en la que, aceptando el Protocolo, decían que éste era inejecutable en tres puntos de la frontera que, según ellos, no se podían demarcar. Todos conocemos los tres puntos que precisamente han sido materia de debate. (Ver figura 5)
Ésta es la frontera que estableció el Protocolo de Río de Janeiro, y fueron tres los puntos que posteriormente no pudieron terminar de demarcarse por diferencias que hubieron en el proceso, precisamente, de demarcación.
Es así como el proceso que se ha seguido en los últimos años, a partir del Acuerdo de Paz de Itamaraty y de todo el proceso que se ha seguido, ha posibilitado que el punto relacionado con la Cordillera del Cóndor haya sido ya determinado, inclusive, con las coordenadas de los puntos donde deben ir los hitos. Los garantes han confirmado que el Perú tenía la razón nosotros siempre supimos que la teníamos, y el laudo de Braz Dias de Aguiar ha sido confirmado, así como los pareceres técnico-jurídicos de mayo de este año. (Ver figura 6)
También se ha resuelto lo relacionado a Cusumaza-Bumbuiza y Yaupi-Santiago; punto de gran discrepancia incluso en el año 1948, cuando, al ir a ponerse los hitos en Cusumaza-Bumbuiza, se determinó, a través de actas de ambas partes de los demarcadores peruanos y ecuatorianos, que no se ponían de acuerdo respecto de la interpretación del laudo de Braz Dias de Aguiar sobre la línea recta a la que éste se refiere y que debe correr a partir del final del contrafuerte de la Cordillera del Cóndor. (Ver figura 7)
Es así como, en aquella oportunidad, al no ponerse de acuerdo, cada país estableció su punto de vista. Y fue así como el Perú ustedes recordarán estableció una posición máxima, que corría al norte, casi paralela al Río Santiago; y el Ecuador planteó una línea recta que unía directamente el hito de Cusumaza-Bumbuiza con el de Yaupi-Santiago.
Pero, en una interpretación correcta del laudo de Braz Dias de Aguiar, se dan los pareceres técnico-jurídicos, aquellos que todos pedíamos que fueran reconocidos cuando, en un debate anterior, vimos el aspecto del efecto vinculante de los derechos que les dimos a los garantes para determinar dónde estaban las fronteras; todos en este Plenario dijimos que así deberían hacerlo, pero teniendo en cuenta el Protocolo de Río de Janeiro, el laudo de Braz Dias de Aguiar y los pareceres técnico-judíricos de los garantes, del 8 de mayo de 1998.
Éste, colegas, es el parecer técnico-jurídico de los países garantes, el cual establece que el punto del contrafuerte está en la parte más baja de la Cordillera del Cóndor, y de ahí se traza la línea recta hasta un ramal del Río Santiago que corre aquí, al sur; no aparece en el gráfico, que es el punto más septentrional, a partir del cual se traza una línea recta hasta el hito Yaupi-Santiago.
Además, se fijó también la
tercera discrepancia que teníamos, que es Lagartococha. Como ustedes
recordarán, en este punto también se ha ratificado la posición
peruana. (Ver figura 8)
Estos puntos estaban delimitados y demarcados parcialmente, pero el Ecuador insistió en no firmar las actas de estos hitos porque no reconoció esta línea recta de aquí; ellos sostenían que corría por acá, y eran setenta y ocho kilómetros que estuvieron en conflicto.
Pues bien, estos setenta y ocho kilómetros han sido ratificados y reconocidos como peruanos. Inclusive, algunos dijeron que hemos ganado setenta y ocho kilómetros. No. Son los mismos setenta y ocho kilómetros que tuvimos siempre. Lo que hemos conseguido es que los países garantes los ratifiquen como peruanos. La demarcación de estos puntos también se determinará de la manera apropiada.
Es así, colegas, que el mapa peruano es el mismo de siempre. El mapa peruano no se ha modificado y no se modificará. La demarcación ha sido ratificada por los países garantes. (Ver figura 9)
Fue buena la decisión que tomamos, colegas, cuando decidimos darle poder a los garantes para tomar una decisión que nosotros aceptaríamos; y dimos esta decisión a priori, con los riesgos que esto llevaba. Pero siempre los peruanos y los congresistas tuvimos el convencimiento de que nos respaldaba el Protocolo de Río de Janeiro y nos respaldaba el laudo de Braz Dias de Aguiar: nuestros títulos eran y son impecables.
Es por ello que vemos con satisfacción que nuestras fronteras son las mismas y que ahora estarán aun más seguras, porque aquellos ciento cincuenta y cuatro kilómetros, aproximadamente, que faltan serán demarcados, y muy próximamente. Con ello habremos pasado una página difícil y dura no sólo para nosotros, sino también para los que a partir de ahora, a partir de este proceso, deben dejar de ser nuestros enemigos y comenzar a ser nuestros vecinos, nuestros socios y nuestros hermanos.
He hecho este preámbulo, señora Presidenta,
porque considero importante enmarcar los dos tratados que vamos a tocar dentro
de la importancia que tiene la demarcación de nuestra frontera. Debemos
advertir, de antemano, que estos tratados, de ser aprobados el día de
hoy, no tendrán vigencia sino hasta que se ponga el último hito
en la frontera.
Por ello, señora Presidenta, deseo entrar ya a abordar la tarea que encomendó el Congreso de la República a la Comisión de Relaciones Exteriores.
La Comisión de Relaciones Exteriores recibió de la Presidencia del Congreso los tratados al día siguiente de su suscripción en Brasilia. En Brasilia se suscribieron el 26 de octubre. Al final del día siguiente, 27 de octubre, llegaron al Congreso e, inmediatamente, fueron remitidos a la Comisión de Relaciones Exteriores. El día 28 se reunió la Comisión y tomó la decisión de declararse en sesión permanente. Pero, además, inmediatamente difundimos los tratados a través de diversos medios; uno de ellos, El Peruano; además, esa misma noche se puso en la página Web de Internet de la Comisión de Relaciones Exteriores. (Ver figura 10)
En esa sesión, además, se acordó realizar consultas públicas orales, se acordó la recepción de opiniones escritas; y esto nos ha llevado, finalmente y lo digo con la satisfacción que sentimos todos los miembros de la Comisión de Relaciones Exteriores, a que hayamos aprobado por unanimidad los dictámenes que esta mañana vienen a este Pleno del Congreso.
Debo decir que esta unanimidad de todos los miembros de la Comisión es con la excepción de nuestro colega Angel Bartra, quien desafortunadamente no pudo asistir a ninguna de las sesiones, pues desde hace tres semanas está con licencia médica. Él ha sido traído de Chiclayo, y ayer o anteayer en la mañana ha sido internado en una clínica local, porque tiene una dolencia que no le posibilita a pesar de sus deseos, estoy seguro estar con nosotros.
De modo que, de los nueve colegas disponibles y que no están con licencia, con convicción y sé que hablo a nombre de ellos, por eso me atrevo a decirlo, hemos aprobado por unanimidad estos dictámenes.
En este punto, señora Presidenta, permítame
decir que la Comisión de Relaciones Exteriores se reunió diariamente,
mañana y tarde, con excepción de los días jueves, que son
días de plenarios. Hemos recibido la opinión de alrededor de sesenta
personas, representantes de distintas instituciones algunas, especialistas
en las materias, quienes han querido compartir con nosotros sus puntos
de vista.
Estas reuniones las hemos tenido durante aproximadamente catorce días y por un tiempo de veintiséis horas y cinco minutos. Ha sido una labor ardua, pero ha valido la pena. Ha sido importante escuchar esos puntos de vista; y ha sido importante para nosotros, para tener el grado de convicción con el que venimos actualmente ante ustedes a pedirles que, al escucharnos, escuchen a través nuestro las opiniones de aquellas personalidades que también nos dieron sus puntos de vista.
Debo decir, además, que también hubo puntos de vista contrarios; no tanto contrarios al fondo de la materia, a los tratados en sí, sino que es público y notorio que dentro del debate no solamente el que se dio en el proceso que tuvimos en la Comisión, sino en el debate público se ha mezclado el tema relacionado con las reivindicaciones de la región de la amazonía. Son reivindicaciones con las cuales no podríamos estar en desacuerdo, sino que deberíamos entender, en todo caso, que son otras materias que serán revisadas a partir del proyecto de ley que venga del Ejecutivo y que tenga que ver con el desarrollo de la amazonía.
Dicho proyecto de ley no tiene que ver y quiero insistir en esto, colegas con los tratados que vamos a ver ahora, porque definitivamente no se trata de ninguna manera de un trueque. Estamos aquí tratando temas nacionales. El tema de la Ley de Desarrollo de la Amazonía es también importante, pero es un tema regional; de modo que no debemos mezclar ambos asuntos.
Pero deseo entrar ahora en materia, señora Presidenta, para explicar brevemente de qué se trata del Acuerdo Amplio de Integración Fronteriza, Desarrollo y Vecindad. (Ver figura 11)
Los señores congresistas han recibido oportunamente anteanoche los dictámenes. En ambos dictámenes analizamos, artículo por artículo, los puntos de vista que, de acuerdo a la Comisión de Relaciones Exteriores, agrupan los diferentes temas establecidos en los tratados. Además, hemos hecho un análisis de los puntos y de los temas que son más controversiales por decirlo de alguna manera y hemos analizado también los beneficios que estos tratados traen para nuestro país y para la integración con nuestro vecino del norte. Así, hemos concluido en que son beneficiosos para nuestro país.
Pero, primero, al ver el proyecto del Acuerdo Amplio
de Integración Fronteriza, Desarrollo y Vecindad, entendamos y, quizás
ojalá, pongámonos de acuerdo en definir por qué
es necesaria la integración. (Ver
figura 12)
La integración, colegas, conlleva a una ampliación de mercados; es decir, es suma de espacios. La integración es precisamente el proceso en el cual se encuentra el Perú con otras áreas del mundo: el Perú es parte de la Comunidad Andina, un intento de integración económica con otros países; espera, eventualmente, ser parte del Acuerdo Latinoamericano de Libre Comercio; la próxima semana, el día 16, se incorporará formalmente al APEC. Es decir, estamos en un proceso de integración con áreas amplias en el mundo, pero no estamos integrados a nuestro vecino del norte. Eso, precisamente, es lo que se trata en el Acuerdo Amplio de Integración Fronteriza. Esto permitirá que, al crecer el mercado, crezca la demanda y crezca también la producción y, con ello, obviamente, el empleo.
De lo que se trata en este proyecto, pues, es de ampliar mercados, de ampliar el crecimiento económico de estas zonas. De eso trata este proyecto de integración: hacer un desarrollo local.
Todo el mundo afirma y creo que tienen razón que nuestras zonas fronterizas, en general, tienen muy poco desarrollo. Lo que precisamente intenta este tratado es conseguir un desarrollo local, la creación o mejora de infraestructuras, porque en este tratado se hace una relación de proyectos que involucrarán la construcción de carreteras, puertos, aeropuertos, escuelas y hospitales en las regiones fronterizas, en ambos lados de la frontera; porque, después de todo, colegas, una frontera es una línea artificial, y las personas que viven a ambos lados de ella tienen diferentes tipos de vinculación, inclusive familiares, de modo que tiene que haber un desarrollo armónico en las zonas.
Este tratado permitirá tal cosa: mejorará definitivamente la calidad de vida de las poblaciones veremos luego por qué y, principalmente, dará las condiciones para una paz y armonía entre los pueblos.
Cuando han venido los representantes de Tumbes, de Sullana, de San Ignacio, de Jaén, nos han relatado las tensiones con las que vive la gente allá. Inclusive, algunos de ellos nos decían que aquellos que no están de acuerdo con esto vayan a vivir a la zona para que vean lo que es tener que vivir en el grado de tensiones que se vive.
Los presidentes de las Cámaras de Comercio de esas regiones nos han manifestado cuán difícil les resulta a ellos planear a mediano plazo sus actividades generalmente comerciales, porque lamentablemente no hay mucho desarrollo industrial y cómo es que les es difícil prever posibilidades de desarrollo económico para sus hijos si, de repente, el próximo mes o cuando llegue enero, puede haber un conflicto y la posibilidad de que leven a sus hijos en la zona y los lleven a la frontera.
De eso se trata este tratado: la posibilidad de paz y armonía entre esos pueblos fronterizos; porque a veces es fácil, colegas, estar aquí en Lima y hablar en forma dura por no calificarlo de otra manera de nuestros vecinos del norte y de propender a que continúen estos conflictos y esas tensiones cuando no se vive en la zona fronteriza misma. Y a nosotros nos han dicho estos alcaldes, los alcaldes electos, y los presidentes de las cámaras de comercio de los sitios fronterizos que nos han visitado lo duro y lo difícil que es para ellos vivir allá. Es para ellos este tratado. Finalmente, este tratado de integración se ha realizado, en primera instancia, para los pobladores de las regiones fronterizas.
¿Cuáles son los objetivos específicos
del Acuerdo Amplio de Integración Fronteriza? (Ver
figura 13)
Son básicamente tres: la integración fronteriza misma, el fortalecimiento de la cooperación bilateral y el desarrollo económico y de infraestructura de la región fronteriza. Esto está determinado en el artículo 1º. El artículo 1º del tratado define a éstos como los objetivos principales de éste. (Ver figura 14)
En el aspecto relacionado a la integración fronteriza, las principales
áreas de integración que se describen en el tratado están
referidas a nuevos pasos de frontera.
En la frontera del Perú con el Ecuador solamente hay dos pasos legales, dos pasos formales; porque la gente, cuando necesita desarrollarse económicamente, familiarmente, culturalmente, no ve fronteras y cruza, pero por pasos ilegales, por pasos informales.
Es así cómo este tema de integración fronteriza involucra nuevos pasos de frontera; menciona varios y, obviamente, establece que pueden haber otros más. Esto se desarrolla en el artículo 14º: los nuevos pasos de frontera.
Pero también se establece el tránsito de personas, vehículos, embarcaciones fluviales, marítimas y aeronaves en el artículo 12º; y ahí se determina que estos temas sobre todo los relacionados con el tránsito marítimo y de aeronaves y con las facilidades que se tengan que hacer están pendientes de acuerdos posteriores entre las partes.
No es este tratado de integración fronteriza uno que involucre también el aspecto marítimo y aéreo, pero sí acuerda a través del tratado que se desarrollarán otros a partir de acuerdos específicos; el artículo 12º lo establece.
Además, un aspecto muy importante en nuestras provincias y lo es más en las zonas fronterizas es el desarrollo de ferias y festivales de frontera, donde hay intercambio de productos. Esto también queda pendiente de un acuerdo muy específico, pero se desarrolla dentro del artículo 16º como una de las principales áreas de integración.
El tratado, además, establece la forma en que estos procesos de integración se den; es decir, no es sólo un enunciado de buenos deseos. También se contempla el establecimiento, por ejemplo, de un comité técnico binacional, que estará conformado por representantes de los dos países, que serán los responsables de determinar las políticas que posibilitarán estos aspectos de integración en los comités de frontera, para ver los temas locales y específicos de la frontera, conjuntamente con los centros nacionales de atención en la frontera.
Hablábamos antes de los nuevos pasos. Bueno, cada uno de esos pasos tendrá un centro nacional de atención en fronteras, donde habrá representantes de los dos países para facilitar, precisamente, esta integración.
Además, se contará con el Comité Binacional para la Promoción y Protección de los Derechos de las Personas en la Región Fronteriza. Esto tiene que ver con el aspecto relacionado con los derechos de las personas en la región; no digo de los peruanos y de los ecuatorianos, sino de las personas en general. El artículo 17º desarrolla esto con mayor extensión.
Otro tema, que mencionábamos al inicio como uno de los puntos y objetivos de esta tratado, es el relacionado al fortalecimiento de la cooperación bilateral.
Los principales temas que se mencionan en el tratado, acerca del fortalecimiento de la cooperación bilateral, están referidos a la prevención de desastres naturales. Un ejemplo muy claro lo tenemos con el fenómeno de El Niño. Cuando hubo el fenómeno de El Niño, éste no decidió que había una frontera y si el tratamiento de la forma como afectaba a la población y a la infraestructura estaría dividido por esa frontera. (Ver figura 15)
Lo lógico y lo deseable obviamente en situaciones como éstas sería que la prevención de desastres naturales pudiera ser manejada en forma conjunta, y estamos hablando de que nuestra región permanentemente recibe los efectos del fenómeno de El Niño; de tal manera que éstos serán temas que se verán dentro del fortalecimiento de la cooperación bilateral.
El tema de la salud. Existen circunstancias en las cuales puede existir una endemia, una epidemia en un lado de la frontera. Los distinguidos colegas médicos que están en este Congreso me entenderán y lo podrían explicar mil veces mejor que yo. La salud, las epidemias y las circunstancias en las cuales los males se expanden no tienen tampoco frontera; de tal manera que mal se puede controlar una epidemia en una parte de la frontera si no se controla también en la otra. Por ello es que esta cooperación bilateral también cubre aspectos relacionados con la salud.
Asimismo, está la educación y la cultura. Es importante y necesario sobre todo lo será más en los próximos años y, diría yo, quizá décadas ver cómo el proceso de educación en nuestra frontera tiene que cambiar; sobre todo en un lado de ella, donde la historia tendrá que ser reescrita. Obviamente, este proceso ya ha sido anunciado en el Ecuador, ya lo comenzaron. Este aspecto también tiene que verse de una forma bilateral.
La pesquería, la minería y las comunidades nativas en la zona de la selva son aspectos que tienen que verse en conjunto. Hay comunidades nativas que están en ambas partes del territorio, en algunos lugares. ¿Cómo hacemos para poner una frontera entre ellos y no los tratamos ambos países como una unidad? Sobre esto tiene que ver también este tratado.
El turismo. Uno de los expositores mencionaba, por ejemplo, una propuesta de turismo importantísima, para ser vendida en paquete en las grandes ferias europeas y norteamericanas donde se venden paquetes turísticos, y decía cómo no les es posible vender un paquete que incluya Galápagos y Cusco. Ello se debe, simplemente, a que no hay las facilidades por las dificultades que tenemos no solamente de infraestructura transporte aéreo más adecuado, por ejemplo, sino también de convenios adecuados entre empresas de ambos países.
El turismo, obviamente, será un aspecto que podrá ser visto con otros ojos ahora, a partir del fortalecimiento de la cooperación bilateral.
La lucha contra el narcotráfico es un aspecto muy concreto y muy real que afecta a ambos países, pero nos divide una frontera; de modo que de lo que aquí se trata es que la Policía y los fiscales puedan en este intercambio bilateral luchar en forma más eficiente contra el narcotráfico y también contra otras formas de delito. Con ello, obviamente, también se incluye la cooperación judicial, entre muchas otras materias de fortalecimiento de la cooperación bilateral.
Otro aspecto que incluye el tratado es el relacionado con el desarrollo de la región fronteriza. Hay todo un programa de un plan binacional, que establece una serie de proyectos binacionales que deben ser desarrollados en forma conjunta en cada lado de la frontera, pero que tienen como objetivo el de conllevar al desarrollo de la región; de modo que tienen que verse esos proyectos no sólo desde la perspectiva de cada país, sino además desde la perspectiva del conjunto. (Ver figura 16)
Es así como existen programas binacionales de proyectos de infraestructura social y productiva. Este punto es uno de los más importantes porque, como podemos ver, es casi el cincuenta por ciento del monto total que se establece, que es de tres mil millones de dólares. De los tres mil millones de dólares presupuestados para el Programa del Plan Binacional de Desarrollo de la Región Fronteriza, un mil 498 millones casi el cincuenta por ciento están asignados a programas binacionales de proyectos de infraestructura social y productiva.
Yo solamente quiero mencionar algunos de ellos: proyecto Puyango-Tumbes; plan urbano eje Tumbes-Machala; interconexiones viales Guayaquil-Piura, Arenillas-Sullana, Loja-Sullana, Loja-Sarameriza, Méndez-Yaupi-Borjas; manejo de las cuencas hidrográficas; reforestación; evaluación de recursos naturales; estudios hidromorfológicos para la navegación, y otros no precisados directamente.
Se trata, pues, de que existe y así está determinado muy específicamente un monto importante de proyectos para estas materias.
Además, están los proyectos nacionales
de construcción y mejoramiento de la infraestructura productiva, por
400 millones de dólares. Dentro de ello, se establecen los centros nacionales
de atenciones de frontera, a los que hice referencia anteriormente; los proyectos
de desarrollo sostenible; los proyectos de infraestructura física, como
represas e irrigaciones, generación de electricidad, muelles, puertos
y atracaderos, aeropuertos y aeródromos, terminales terrestres y caminos
rurales, así como otros pequeños proyectos; estos últimos,
por veinte millones de dólares.
Finalmente, tenemos el proyecto de promoción a la inversión privada, por 602 millones de dólares. Nos explicaban que esto es una especie de CEPRI para las regiones fronterizas, donde se van a identificar proyectos y se va a hacer participar al sector privado. En total, pues, tres mil millones de dólares van a ser invertidos en las regiones fronterizas.
Este proceso tiene una organización, la cual está establecida por la Comisión de Vecindad. La Comisión de Vecindad es la máxima instancia de todo este proceso de integración, que es la suma de la comisión nacional peruana y la ecuatoriana, y está formada, por supuesto, por personas de ambos países. La presiden los ministros de Relaciones Exteriores de cada uno de los países y la integran una Secretaría Ejecutiva Binacional y los Comités Técnicos Binacionales; uno de los cuales es el de régimen fronterizo, al que hicimos referencia en nuestra presentación anterior. (Ver figura 17)
Pero luego, por cada uno de los temas, habrá también comités técnicos especializados binacionales: el de comercio, el de salud, el de pesquería. Éstos son los mencionados expresamente en el tratado, pero también se menciona que se podrán crear otros; y, bajo cada uno de estos Comités Técnicos Binacionales, también formarán parte de ellos otros subcomités como, por ejemplo, el de Fronteras, al que hicimos referencia anteriormente.
Es decir, colegas, se establecen objetivos, se establecen proyectos, se determinan sus presupuestos; pero también se da una organización que los ejecutará. De modo que no se trata, entonces, de una lista de buenos deseos, sino se trata de cosas concretas y específicas con responsables para su desarrollo.
Asimismo, existe también una estructura para el Plan Binacional de Desarrollo de la Región Fronteriza. Esto es en el aspecto relacionado a la parte financiera.
Veíamos, en un cuadro anterior, cómo
es que existen proyectos por tres mil millones de dólares. ¿Quién
va a administrar y cómo se van a conseguir esos tres mil millones de
dólares? Precisamente, el Plan Binacional de Desarrollo de la Región
Fronteriza tendrá un Directorio Ejecutivo Binacional, que tendrá
un Comité Asesor Internacional y sus mecanismos financieros compuestos
por cuatro elementos. (Ver figura
18)
Uno, que no aparece ahí, es obviamente el de los fondos directos del gobierno; luego, el Fondo Binacional para la Paz y el Desarrollo; el Grupo Consultivo de Financiamiento Internacional, que está compuesto por organismos internacionales.
Este Grupo Consultivo de Financiamiento Internacional tiene varias instituciones internacionales; entre ellas, dos que quiero resaltar esta mañana: el Banco Interamericano de Desarrollo, que el día anterior a la firma del Acuerdo de Brasilia comprometió ya quinientos millones de dólares, y la Corporación Andina de Fomento, que ha comprometido otros quinientos millones de dólares.
De modo que el mecanismo financiero en una de sus expresiones, el Grupo Consultivo de Financiamiento Internacional tiene comprometidos ya un mil millones de dólares provenientes de estas dos instituciones que he mencionado.
Pero además está el Fondo Binacional para la Paz y el Desarrollo, que será responsable de la emisión de los bonos de la paz, que serán suscritos por países amigos, instituciones internacionales y otras personas interesadas en contribuir a este fondo.
Y, finalmente, el Grupo Binacional de Promoción de la Inversión Privada, que será precisamente la especie de COPRI para estos propósitos, que identificará los proyectos y los financiará a través de la inversión privada.
Todo ello se une finalmente en un Comité Coordinador Binacional, que estará compuesto por un director ejecutivo de cada uno de los países, que reportan a los capítulos peruano y ecuatoriano, compuestos de cuatro miembros cada uno. De tal manera que el aspecto financiero también está identificado no solamente en su presupuesto, sino en la estructura que tendrán los entes responsables no solamente de la recaudación de los dineros, sino también de su correcta aplicación.
En el proceso del desarrollo y del debate de esta materia, debo decir que el Acuerdo Amplio de Integración Fronteriza ha sido el menos debatido de los temas, porque no ha concitado tanta opinión pública, como sí lo ha concitado el otro tratado que veremos inmediatamente después.
Sin embargo, creo que debemos mencionar tres de los aspectos que sí han llamado en algo la atención: la construcción de la carretera Méndez-Borja y Loja-Sarameriza, el uso del oleoducto norperuano y los beneficios de la integración para la amazonía. (Ver figura 19)
En el primer punto, debo decir que estas carreteras, a las que he hecho referencia, son parte de un conjunto de carreteras, no son las únicas. En total, se trata de varias carreteras que unen diversos puntos de las fronteras. (Ver figura 20)
Específicamente, el de Méndez-Borja-Sarameriza es un proyecto que, según nos fue referido en las reuniones que tuvimos en la Comisión, viene ya desde el gobierno militar. Parte de la carretera está hecha. En el lado ecuatoriano está terminada; en el lado peruano está hecha.
Además, es interesante anotar que este tema
de integración por carreteras del cual Méndez-Borja es una
parte es, a su vez, parte de un proyecto mucho mayor que debo reconocer,
para sorpresa nuestra, no lo conocíamos lo decimos con
hidalguía en la Comisión de Relaciones Exteriores. Es una
presentación que nos hizo la Corporación Andina de Fomento respecto
de un proyecto integral de la Comunidad Andina: un proyecto de integración
vial de la Subregión Andina que, precisamente, tenía y tiene aún
sus más grandes dificultades en la zona de la frontera entre el Perú
y el Ecuador.
Es decir que la parte de integración vial que está incluida dentro del Acuerdo Amplio de Integración Fronteriza es importante para la región del norte del Perú y del sur del Ecuador; pero esto es además parte de un proyecto mucho más grande, que es precisamente el Proyecto de Integración Vial de la Subregión Andina. (Ver figura 21)
No entraré en detalles, pero les quiero decir, colegas, que fue realmente interesante para nosotros y fue muy comentado entre los miembros de la Comisión cuando nos dimos cuenta de la importancia y de la trascendencia que esto tiene no sólo para nosotros, sino también para nuestra integración con Colombia y con Venezuela; y no solamente para la integración de Venezuela y Colombia con el Perú, sino también con Bolivia. Es decir que nosotros tenemos aquí una responsabilidad no solamente con el desarrollo de nuestra frontera, sino tenemos una responsabilidad de ser parte importante del desarrollo de la Subregión Andina.
En efecto, si la Subregión Andina no ha podido unirse e integrarse más, ello ha sido precisamente por estos problemas en la frontera del Perú y el Ecuador; de modo que esto es importante insisto, colegas, y permítanme la redundancia no solamente porque nos interesa a nosotros en nuestras relaciones con el Ecuador, sino también nos interesa a nosotros en nuestras relaciones con nuestro países vecinos de la Comunidad Andina.
Otro aspecto que también fue debatido es el relacionado con el uso del oleoducto norperuano. (Ver figura 22)
Existe una extraordinaria incongruencia en nuestra economía. Tenemos un oleoducto que ha costado mucho dinero y que es sub utilizado. Las explotaciones que tenemos actualmente en la zona no cubren la capacidad instalada de ese oleoducto. Sin embargo tenemos que en el Ecuador, en esta zona de acá, existen otros centros petroleros cuya capacidad no es cubierta por su propio oleoducto. Además, existen más al sur otras zonas de desarrollo petrolero del Ecuador que tienen que transportar el crudo a este oleoducto y sacado por este puerto.
Y, lo que es más interesante, nosotros le compramos petróleo al Ecuador, el cual a veces se produce en esta zona, al sur del Ecuador, viaja hacia el norte, va por el oleoducto, sale por puerto Esmeraldas y por barco va hasta Talara. ¿Se imaginan ustedes el costo que para el Perú significa este petróleo? ¿Y todo por qué? Simplemente porque tenemos el problema de la frontera.
Una de las ventajas de este tratado es que permitirá
la unión del oleoducto nuestro con el oleoducto del Ecuador; de tal manera
que el petróleo ecuatoriano pueda transportarse por nuestro oleoducto;
pagando, por supuesto, porque es un servicio que se le está dando. Además,
nosotros podremos comprar el petróleo ecuatoriano en la boca del oleoducto
nuestro, de tal manera que esto sólo tiene ventajas: podemos utilizar
mejor nuestro oleoducto, podemos traer y comprarle el petróleo más
barato y, por otro lado, podemos generar dividendos a partir del servicio que
le demos al Ecuador en el uso del oleoducto.
Y un último tema, que también es interesante resaltar, es el de cómo este tratado de integración es importante para la amazonía peruana; muy importante, diría yo, colegas. Pero, lamentablemente, esto es lo que probablemente no haya sido suficientemente difundido.
Mencionábamos en un cuadro anterior que se ha identificado proyectos por tres mil millones de dólares; un mil 500 millones se invertirán en cada país con la configuración sectorial que he mencionado anteriormente.
Pues bien, visto ese mismo monto desde otra perspectiva geográfica, en este caso, vemos cómo de los un mil 500 millones de dólares que el tratado permitirá que se inviertan en el Perú en el Programa Binacional de Proyectos de Infraestructura Social y Productiva, de los 750 millones de inversión total, 310 millones se van a invertir en proyectos identificados como de la amazonía. (Ver figura 23)
En los programas nacionales de construcción y mejoramiento de la infraestructura productiva en las regiones fronterizas, de los 200 millones asignados para esos programas, 113 millones se van a invertir en la amazonía.
En los programas nacionales de construcción y mejoramiento de la infraestructura social y de aspectos ambientales en regiones fronterizas, de 250 millones de inversión total, 173 millones son para la amazonía.
Y, finalmente, en el programa de promoción a la inversión privada, de 300 millones identificados, 180 millones son para la amazonía.
Es decir, de un total de un mil 500 millones, 776 más del cincuenta por ciento están designados a la amazonía.
Alguien nos dirá que eso no soluciona los problemas de la amazonía. Por supuesto que no los soluciona. Los problemas de la amazonía son mayores. Pero, ojo, no es el objetivo de este tratado solucionar los problemas de la amazonía. ¿Coadyuvará a solucionarlos? Yo creo que sí. ¿Será un paso importante y transcendente porque, además, se complementará con el aspecto de la integración con el Ecuador, con lo cual habrá más comercio, etcétera? Efectivamente, eso sucederá.
Pero yo pienso que es importante mencionar y mostrar este cuadro a efectos de que, sobre todo, nuestros conciudadanos que espero nos estén siguiendo través de los medios de comunicación que, estoy seguro, divulgarán esta información vean cómo es este proceso por dentro; en un trabajo que, por otro lado es importante anotar, se ha hecho a principios de año. Ésta no es un respuesta a las demandas de la amazonía. Este trabajo se terminó en el mes de mayo de este año.
El informe de la Comisión Negociadora de Integración terminó en mayo de este año, y esta información ha estado disponible desde entonces. De modo que debe quedar claro que esto no es una respuesta a las demandas que han habido en la región amazónica de nuestro país.
Finalmente, este Acuerdo Amplio de Integración Fronteriza es mutuamente conveniente para el Perú y para el Ecuador, en primer lugar, porque amplía los mercados de ambos países. El tamaño del mercado al ser mayor permitirá economías de escalas en las producciones de ambos países, porque el mercado es mayor. Pero, además, esta ampliación del mercado permitirá que la Comunidad Andina funcione ampliamente, correctamente; como no funciona ahora, precisamente, por las dificultades que hemos tenido durante tantas décadas. (Ver figura 24)
Asimismo, permitirá el crecimiento económico de las zonas, el desarrollo local, la creación o mejora de infraestructura, el desarrollo de medios de comunicación, la mejora de la calidad de vida de las poblaciones y la paz y armonía entre los pueblos.
De eso se trata, muy escuetamente, colegas, el Acuerdo Amplio de Integración Fronteriza.
Si ustedes me lo permiten, pasaré al siguiente tratado. Con su permiso, señora Presidenta.
Durante la presente exposición, asume la Presidencia la señora Luz Salgado Rubianes de Paredes.
La señora PRESIDENTA. Prosiga
usted, congresista Sandoval.
El señor SANDOVAL AGUIRRE (C90-NM). Muchas gracias, señora.
El Tratado de Comercio y Navegación.
(Ver figura 25)
Intentaremos explicar la base jurídica de este tratado, los principios básicos recogidos y los temas de mayor interés. Ésa será nuestra agenda al desarrollar el Tratado de Comercio y Navegación: la base jurídica, los principios básicos recogidos y los temas de mayor interés. (Ver figura 26)
¿Cuál es la base jurídica del Tratado de Comercio y Navegación? El artículo sexto del Protocolo de Río de Janeiro, los tratados con Colombia y con Brasil y el Tratado de Cooperación Amazónica. (Ver figura 27)
Analizaremos cada uno de ellos de manera sucinta.
¿Qué dice el artículo sexto
del Protocolo de Río de Janeiro? Dice: "El Ecuador gozará
para la navegación en el Amazonas, y sus afluentes septentrionales, de
la mismas concesiones de que gozan el Brasil y Colombia, más aquellas
que fueran convenidas en un Tratado de Comercio y Navegación destinado
a facilitar la navegación libre y gratuita en los referidos ríos".
(Ver figura 28)
El primer punto que hay que remarcar es que la concesión de navegación al Ecuador en el Amazonas no es una concesión que se esté dando a partir de el Tratado de Comercio y Navegación. No. Esta concesión ha sido dada en el Protocolo de Río de Janeiro de 1942, y muy concretamente en su artículo sexto.
En el debate público no en el Congreso, por cierto ha habido el cuestionamiento de las razones que habría para permitir que naves ecuatorianas puedan navegar en el río Amazonas y luego sustentaremos por qué en el Marañón, y se afirma que se estaría dando una concesión no debida. No es así. Insisto y repito que esto se da a partir del Protocolo de Río de Janeiro, en su artículo sexto.
Además, otra base jurídica para esto está en el régimen aplicable al Brasil. (Ver figura 29)
Como todos conocemos, y como hemos leído anteriormente, el artículo sexto dice que a Ecuador se le dará las mismas concesiones que gozan el Brasil y Colombia. Es decir, la base jurídica para darle a Ecuador la navegación está en que debemos darle lo mismo que le damos al Brasil y lo mismo que le damos a Colombia.
El antecedente con Brasil es de acuerdo a la Convención Fluvial sobre Comercio y Navegación, suscrita en Lima el 23 de octubre de 1851; y luego están los principios generales sobre su comercio y navegación en la cuenca del Amazonas, suscritos en Río de Janeiro el 8 de setiembre de 1909, que reconocen la libertad de navegación a perpetuidad.
Brasil, de acuerdo al convenio que tiene con el Perú, tiene la posibilidad de navegar en el Amazonas a perpetuidad. Es por ello que el Ecuador también lo debe tener, porque así lo establece el Protocolo.
En el régimen con el Brasil se establece una uniformidad en los reglamentos fiscales y de policía. Dice que los reglamentos fiscales y de policía deben ser tan favorables como sea posible a la navegación y al comercio, y guardarán en los dos Estados la mayor uniformidad. Éste es el artículo 5º del tratado entre Perú y Brasil. Además, garantiza la no discriminación de la carga y establece plazos de tiempo en que las naves puedan permanecer en los puertos para evitar el deterioro de las cargas.
Es por ello que el tratado del Perú con Ecuador menciona, incluso, los días en que pueden permanecer los buques en los puertos, porque también lo establece el acuerdo con el Brasil en su artículo 9º.
Pero, además, otra base jurídica
que existe para el tratamiento de la navegación del Ecuador en el Amazonas
está en el régimen que es aplicable a Colombia.
(Ver figura 30)
En el régimen que es aplicable a Colombia, colegas, se establece también el derecho de navegación a perpetuidad y de la manera más amplia en los ríos comunes, afluentes y confluentes, con sujeción a las leyes y reglamentos fiscales y de policía, etcétera. Es decir, el mismo principio de navegación a perpetuidad que tiene Colombia se lo tenemos que dar también al Ecuador. Y esto está establecido en el artículo 8º del Tratado de Límites y Navegación Perú-Colombia de 1922.
También se le permite a Colombia la libertad de tránsito terrestre, y luego iremos más en detalle sobre este punto, porque algunos han cuestionado por qué se le da al Ecuador, para sus facilidades de navegación, acceso a las vías terrestres. Bueno, la razón está acá. Como dice el artículo sexto del Protocolo de Río de Janeiro, que le tenemos que dar para la navegación las mismas facilidades que a Colombia, resulta que en el tratado con Colombia se determina que a ellos les damos libertad de tránsito terrestre para coadyuvar a la navegación fluvial.
Otro tema que se le da a Colombia es la exoneración de revisión de mercaderías, que además es una práctica usual de comercio para mercaderías en tránsito. Pero aquí es donde se recoge puntualmente lo que en el tratado con el Ecuador el que estamos viendo hoy día permite que la mercadería en tránsito no sea revisada. Lo de la mercadería en tránsito está en el tratado con Colombia, así como la igualdad de trato.
El acuerdo con Colombia dice que, en los puertos de ambos Estados, las embarcaciones de la otra parte serán consideradas como nacionales y gozarán de los derechos, ventajas y libertades concedidos a los propios nacionales para el ejercicio de sus negocios y actividades. Artículo 6º del Acuerdo de Paz, Amistad y Cooperación de Perú y Colombia de 1934.
De ahí es de donde sale la igualdad de trato, que también damos en el tratado con el Ecuador. Es decir, no es algo que haya sido producto de la negociación de ahora. Ello es producto de que esto ya lo tiene Colombia.
Es por eso que he comenzado dando las razones jurídicas que asisten al Ecuador y al Perú para establecer en este tratado las concesiones que actualmente tiene; y quiero insistir en que muchas de ellas están reflejadas en los acuerdos con Colombia y con Brasil, tal como se determina en el artículo sexto del Protocolo de Río de Janeiro.
Igualmente, se determina la exoneración de impuestos y formalidades que limiten el tránsito de las personas, naves de cualquier bandera y mercaderías que, con destino a los puertos fluviales de un Estado, tocarán un puerto del otro. Esto está en los artículos 12º y 13º del acta adicional al Protocolo de Paz, Amistad y Cooperación de Perú y Colombia de 1934.
Éstos, pues, son los argumentos y los basamentos jurídicos en los que se sustentan algunas de las concesiones que se le otorgan al Ecuador en este tratado. Pero hay otro, que es el Tratado de Cooperación Amazónica.
El Tratado de Cooperación Amazónica
que ha sido firmado por Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guyana, Perú,
Surinam y Venezuela, en su artículo III, determina que: "De
acuerdo con y sin detrimento de los derechos otorgados por actos unilaterales,
de lo establecido en los tratados entre las partes y de los principios y normas
del derecho internacional y aquí subrayo, las partes contratantes
se aseguran mutuamente sobre la base de reciprocidad la más amplia libertad
de navegación comercial en el curso del Amazonas y demás ríos
amazónicos internacionales". Éste es otro argumento que,
dicho sea de paso, mencionaremos luego por el cual el Marañón
está incluido en este tratado. (Ver
figura 31)
El Tratado de Cooperación Amazónica determina, pues, que todos estos países Ecuador incluido podrán hacer uso, para la navegación comercial, del Amazonas y de los demás ríos amazónicos internacionales. ¿Qué son ríos internacionales? Los que cruzan fronteras, ¿verdad? El Marañón cruza frontera.
Éstos son, pues, los basamentos jurídicos en los que se sustentan las concesiones otorgadas al Ecuador en el tratado materia de nuestro debate del día de hoy.
Luego quisiera tocar brevemente otros aspectos que, creo, son importantes.
¿Cuáles son los principios de derecho considerados en el tratado? (Ver figura 32)
Hay varios principios de derecho. Uno es el de la reciprocidad. Es decir, si una parte el Perú, por ejemplo le concede a Colombia un beneficio, una concesión o un tratamiento que obviamente será recíproco entre ellos, también tendrá que ser... Perdonen, me había saltado.
Es una situación en la que, si un país le concede algo al otro, éste se lo tiene que conceder a él. Entonces, uno de los lineamientos básicos del tratado es el de la reciprocidad. Y aquí es que yo quiero resaltar, sin hacer demasiado énfasis en ello, el hecho de que en este tratado se manifiesta la reciprocidad: en todas las concesiones que el Perú le da al Ecuador, el Ecuador le debe dar también al Perú. Es algo que no está en el Protocolo de Río de Janeiro pero que sí se manifiesta en el tratado
Yo quisiera expresarlo nuevamente para, quizá,
ser más claro. El artículo sexto del Protocolo de Río de
Janeiro establece que el Perú le entregará al Ecuador ciertas
ventajas para la navegación, iguales a las que le da a Colombia y al
Brasil, y todas aquellas que sean dadas de común acuerdo; pero son concesiones
que el Perú le dará al Ecuador. El artículo sexto no menciona
que el Ecuador se las dará al Perú. Pues bien, en este tratado
se ha conseguido, para todos los efectos, la reciprocidad, y esto es importante
anotarlo. Quizá luego, durante el debate, haremos notar cómo es
que esto puede ser de utilidad en el futuro, si así lo desea el Perú,
para los efectos, por ejemplo, de los centros de comercio y navegación,
entre otros.
.
La igualdad de trato o no discriminación es otro de los principios de derecho considerados en el tratado, tanto para naves como para personas y mercaderías; es decir que a una nave ecuatoriana o peruana viceversa en el Ecuador no se le puede dar menores ventajas o diferente tratamiento que el que se le da a las naves de ese país. Éste es otro de los principios de derecho considerados en el tratado.
Y el último es el de la cláusula de la nación más favorecida; es decir y esto es a lo que me refería al inicio que, si en el proceso y en el tiempo el Perú le diera concesiones a Colombia que son diferentes a las que tiene el Ecuador, se las tendrá que dar al Ecuador también. Quizá esto, de alguna manera, será redundante, porque ya lo manifiesta el Tratado de Cooperación Amazónica, pero es uno de los basamentos repito de las consideraciones de derecho incluidos en el tratado.
Deseo pasar ahora a los temas que han concitado mayor debate, colegas, no solamente en la Comisión, sino también en la opinión pública. Son temas que están referidos a estos aspectos, y posiblemente haya otros más que saldrán del debate. En todo caso, en mi modesta opinión, éstos son los que más han resaltado del proceso y, obviamente, quisiera referirme a ellos. (Ver figura 33)
El primero es el aspecto relacionado a las razones por las cuales en el tratado se considera que el Marañón está incluido dentro de la posibilidad que tiene el Ecuador de navegar, cuando el Protocolo solamente habla del Amazonas y sus afluentes septentrionales. Bueno, hay muchas razones que creo que son importantes.
Yo les ruego, colegas, que continúen prestándome atención, porque éste ha sido el tema de mayor debate, y hay una serie de argumentos que están en el dictamen a partir de la página sesenta y cinco hasta la página setenta y seis.
Dentro de los temas que hemos cubierto en el dictamen, al que individualmente le hemos dado mayor extensión ha sido, precisamente, al tema relacionado con el Marañón, porque creemos que es importante. Creemos que la opinión pública se merece una explicación respecto de por qué, si en el artículo sexto del Protocolo de Río de Janeiro no se menciona al Marañón, el tratado que proviene del artículo sexto del Protocolo de Río de Janeiro sí lo menciona. Hay muchas razones. Yo les ruego que tengan la paciencia de seguirme cuando yo resalte sólo algunas de esas razones.
En primer lugar, diré que la posición
oficial del Perú, desde mediados del siglo XIX en adelante, incluyendo
la época en que el Protocolo de Río de Janeiro fue suscrito, consistió
en abrir todos los ríos de la República.
Veremos a continuación cómo
ha sido política del Estado el que los ríos peruanos estén
abiertos a la navegación de buques extranjeros, lo cual respondió
a una política internacional imperante en la época, y no solamente
para que el Perú decidiera tener una política de esa naturaleza.
Este asunto es un tema que ha sido de desarrollo internacional, en todo el mundo.
Es así como, por ejemplo, mencionaremos primero la Conferencia de Lima de 1848, en la que participaron Bolivia, Chile, Ecuador, Nueva Granada y Perú, cuando se elaboró el Tratado de Comercio y Navegación, que en su artículo 1º dice lo siguiente: "Los nacionales de cualquiera de las Repúblicas contratantes las que he mencionado anteriormente confederadas gozarán, en cualquiera de las otras de la Confederación, de la misma libertad y garantías que los nacionales del país, para frecuentar sus costas y territorio, y traficar allí con toda clase de producciones, manufacturas y mercancías". Término amplísimo: habla de territorios en general.
Pero luego precisa, en el artículo 8º de ese mismo instrumento, lo siguiente: "Los ríos navegables que atraviesan los territorios de dos o más de las Repúblicas Confederadas, serán en toda su extensión de libre navegación para las mismas Repúblicas cuyos territorios atraviesan". Repito: "Los ríos navegables que atraviesan los territorios de dos o más de las Repúblicas Confederadas, serán en toda su extensión de libre navegación por las mismas Repúblicas cuyos territorios atraviesan".
Éste creo que pueden haber otros es uno de los antecedentes más antiguos que existen; pero hay otro.
Este mismo tratado rescata, además, una práctica fluvial que era ya imperante en Europa y también en África, de modo que no es que en ese momento se estableciera condiciones que no fueran conocidas en otras partes del mundo.
Pero existe otro: en el año 1865, en una conferencia similar que también tuvo lugar en Lima, las naciones asistentes aprobaron un Tratado de Comercio y Navegación que en su artículo I señalaba: "Los Estados Contratantes se obligan a mantener abiertos al comercio del Mundo, sus puertos, ríos y mercados, bajo las leyes y reglamentos de cada Estado, y al amparo del derecho de Gentes". 1865.
Esta política de apertura comercial fue recogida también por el presidente Balta, lo cual mencionamos cuando sustentamos nuestra posición en una sesión anterior. En ella, hicimos referencia a este decreto de José Balta del 17 de diciembre de 1868. Es una norma que, dicho sea de paso, se encontraba vigente en el momento de la firma del Protocolo de Río, y me atrevería a decir que se encuentra también vigente hoy; dice lo siguiente: "... queda abierta la navegación de todos los ríos de la República a los buques mercantes cualquiera sea su nacionalidad".
Repito: decreto de José Balta del 17 de diciembre de 1868, vigente cuando se firmó el Protocolo de Río de Janeiro: "... queda abierta la navegación de todos los ríos de la República a los buques mercantes cualquiera sea su nacionalidad".
Hay más, algo que quizá es cercano a nosotros. Esta práctica comercial se confirmó, con un dictamen emitido en el año 1942, por la que entonces era conocida como la Comisión Diplomática del Congreso de la República, con ocasión de aprobar el Protocolo de Río de Janeiro, el cual, por cierto, contó con el voto unánime del Pleno del Congreso.
¿Qué decía la parte pertinente del dictamen de la Comisión Diplomática? Decía lo siguiente: "... también la política fluvial seguida por el Perú desde el Decreto de 17 de diciembre de 1868 que declaró abierta la navegación de todos los ríos de la República a los buques mercantes, cualquiera que sea su nacionalidad"; política que hemos confirmado posteriormente, en relación con la navegación del Amazonas, en los tratados firmados con Brasil y con Colombia, el 8 de setiembre de 1909 y el 24 de marzo de 1922, respectivamente, y que mereció siempre nuestra adhesión en conferencias y pactos multilaterales.
Es decir, el dictamen insisto de la Comisión Diplomática del Congreso, con ocasión de aprobar el Protocolo de Río de Janeiro, establecía también que la navegación en los ríos de toda la República, para todos los buques mercantes de todas las nacionalidades, era un hecho lícito, legal y respaldado por el Estado.
Esto demuestra, pues, que, a la fecha de la firma del Protocolo, la posición del Perú, del Estado peruano, en relación a la navegación por los ríos del Perú, consistía en otorgar las más amplias facilidades a todos los países.
Por otro lado, al momento de la firma del Protocolo, la identificación del río Amazonas con el Marañón, como si ambos fueran uno solo, era común; y esto se demuestra, además, en declaraciones públicas formuladas por ex cancilleres. Luego me referiré a ello, porque quiero insistir en otro convenio, en otro tratado internacional.
En la Convención sobre Comercio y Navegación Fluvial, suscrita entre Perú y Brasil en 1851, durante el gobierno de José Rufino Echenique, se otorgaron los siguientes acuerdos; dice: "La Empresa convendrá con ambos Gobiernos sobre los respectivos puntos del río Amazonas o Marañón hasta donde deberán navegar los barcos de vapor y sobre los puertos en que ha de tocar", etcétera; es decir, se habla del río Amazonas o Marañón.
Seguidamente, igual como sucedió en 1851, las partes identificaron como un mismo río al Marañón y al Amazonas en el texto de la Convención Fluvial celebrada entre Perú y Brasil en 1858, durante el régimen del mariscal Ramón Castilla.
El artículo II de la referida Convención Fluvial decía lo siguiente: "Su majestad el Emperador del Brasil, conviene en permitir, como concesión especial, que las embarcaciones peruanas, registradas en forma, puedan pasar libremente del Perú al Brasil, y viceversa, por el río Amazonas o Marañón, y salir por el mismo río al Océano y viceversa, siempre que se sujeten a los Reglamentos", etcétera.
En el mismo sentido, el artículo III de ese mismo instrumento señala lo siguiente: "En reciprocidad y compensación, la República del Perú conviene también en permitir, como concesión especial, que las embarcaciones brasileras, registradas en forma, puedan pasar libremente del Brasil al Perú, y viceversa, por el expresado río Amazonas o Marañón, siempre que se sujeten", etcétera, etcétera.
Si bien Perú y Brasil suscribieron posteriormente acuerdos, la libre navegación brasileña por el Amazonas o Marañón fue desde aquella época una contraprestación por el derecho otorgado al Perú de comerciar en el Amazonas. Por eso, no nos debe sorprender que en el Tratado de 1909 celebrado con el Brasil, en el segundo párrafo del artículo 6º, se diga lo siguiente: "Recíprocamente, el Brasil podrá mantener agentes aduaneros en la aduana peruana en Iquitos y cualquier otra aduana o puesto aduanero que el Perú establezca sobre el río Marañón o Amazonas y sus afluentes, sobre la margen meridional o derecha del Alto Acre, sobre el Alto Purús, el Alto Yuraá o en otros lugares de la frontera común".
Además de estos instrumentos internacionales, podemos mencionar también otros puntos muy concretos de personalidades, políticos y diplomáticos de la época; uno muy interesante es el de una persona que yo he conocido, el señor Bolívar Ulloa.
El señor Bolívar Ulloa, previo a la firma del Protocolo de Río de Janeiro, era jefe interino de la Oficina de Límites del Ministerio de Relaciones Exteriores del Perú, y dirige el 22 de enero de 1942 un memorándum reservado cuyo destinatario era el canciller Solf y Muro, que, como todos sabemos, es quien firmó por el Perú el Protocolo de Río de Janeiro.
¿Qué decía ese memorándum en la parte pertinente? Decía lo siguiente: "Se habría podido escoger otros momentos de la vida nacional para estudiar la posesión del Perú en los territorios situados al Norte del Marañón-Amazonas y escribe Marañón, guión, Amazonas, pero la documentación habría sido más escasa y confusa. Desde luego, por lo que ya ha examinado, el suscrito tiene el convencimiento de que en no pocos períodos la jurisdicción peruana en esas regiones estuvo muy descuidada, y los resultados de algunas investigaciones han dado términos menos favorables que para los años que se ha tomado en cuenta, al menos en su mayoría. También es positivo que, a la luz de la historia, jamás el Ecuador llegó a extender a su acción el propio Marañón-Amazonas".
En un mismo párrafo, el señor Bolívar Ulloa, jefe interino de la Oficina de Límites del Ministerio de Relaciones Exteriores, nos dice que en esa época se concebía como un río, uno solo, al Marañón y al Amazonas.
Pero tenemos más, colegas, y espero no fatigarlos. Sin embargo, creo que es importante abundar en esta materia porque esto ha sido cuestionado, y nosotros debemos tener el convencimiento de que, cuando votemos, no seremos señalados por la historia de haber concedido algo que no correspondía. Tenemos los argumentos jurídicos y también los argumentos históricos, para no hablar los geográficos.
Una personalidad de la época, Luis Alayza y Paz Soldán, en un artículo publicado en el diario La Prensa días después de la suscripción del Protocolo, con ocasión de cumplirse el cuarto centenario del descubrimiento del Amazonas o sea, no fue en cualquiera circunstancia; fue precisamente en una reunión en que se celebraba el cuarto centenario del descubrimiento del Amazonas, dice lo siguiente: "Aparece en ella (en una Carta Geográfica) Sud América desde el paralelo 5 lat. N latitud norte, hasta el 25 lat. S latitud sur y figura el Marañón llamándose Amazonas en todo su curso".
Por su parte, el ex canciller Raúl Porras Barrenechea, en otro artículo publicado en dicha fecha en el diario La Prensa, señala: "El Marañón o Amazonas nace en el Perú y desemboca en el Brasil".
Al final, si me permite, colega Grados.
Dice más: "Histórica y geográficamente el Marañón o Amazonas sólo comienza a existir por obra de las expediciones peruanas". Y dice más Porras Barrenechea: "Los soldados de Lope de Aguirre salidos de Moyobamba en el Perú, le impondrían en 1560, después de haber estado perdidos tres años en la maraña fluvial el nombre de Marañón. Y del relato de Orellana, de los soldados de Aguirre y de los indios quechuizados del Gran Río con mayúsculas surgirían la leyenda y el nombre de las Amazonas".
Días después, el mismo Porras, en un artículo titulado "Peruanidad del descubrimiento del Amazonas", publicado en el diario El Comercio, sostuvo lo siguiente: "... la provincia de Machifalo más tarde encontrada por Orellana, y descrita por el cronista de su expedición, el padre Carvajal, se hallaba en el curso mismo del río Marañón, entre las desembocaduras del Napo y del Putumayo".
Adicionalmente, un periodista presumimos peruano, que firma con las iniciales F.G.R. un artículo titulado "Una lección de geografía amazónica", publicado en la revista Continente en su edición de homenaje al Perú con motivo del cuarto centenario del descubrimiento del Amazonas, señaló lo siguiente: "Vicente Yáñez Pinzón, el compañero y colaborador de Colón, fue el primer europeo que vio el gran río. Arribó a su delta en el año 1500 y le denominó, sin que se sepa por qué Marañón. Este nombre aparece por primera vez en el mapa del cosmógrafo Ribeiro trazado por el año 1529".
Y continúa: "Pocos años después fue descubierto por Pizarro (don Gonzalo) el río Napo, y al propio Amazonas, por su origen y sin que se haya explicado la coincidencia, le llamó también Marañón, aunque no podía sospecharse entonces que el turbulento río peruano fuese el mismo, grande, caudaloso y manso descubierto por Pinzón en el Atlántico. (...) En 1542 Francisco de Orellana recorrió toda la corriente y comprobó cómo los dos Marañones así dice, separados por 5,000 kilómetros de selva tropical, eran un solo y magnífico río".
Otro ex canciller, el doctor Alberto Ulloa Sotomayor, en el discurso de orden pronunciado con motivo de la conmemoración del veinticinco aniversario de la firma del Protocolo de Paz, Amistad y Límites, el 29 de enero de 1967, claramente señaló lo siguiente: "Ha sido, pues, debido a la generosidad del Perú y a la concesión voluntaria que éste ha hecho al Ecuador del acceso a la Hoya Amazónica, mediante la navegación y el comercio en los afluentes septentrionales del Marañón y del Amazonas y este mismo ha sido, en suma, debido al Protocolo de Río de Janeiro, que el Ecuador ha conseguido lo que no tenía".
De todo esto podemos concluir que, al momento en que se elaboró el Protocolo de Río de Janeiro, existían, pues, instrumentos que incluían al Marañón dentro del concepto del Amazonas, lo que además está demostrado por la práctica diplomática a la que se ha hecho referencia.
Pero hay otro aspecto, que es el relacionado al hecho de que en los tratados con el Brasil, un país garante, se establece también esta situación.
Precisamente, en la época de suscripción del Protocolo de Río, el Brasil dividía al Amazonas en tres partes. El Brasil, en esas épocas, al Amazonas le llamaba de tres maneras diferentes: desde su inicio hasta Tabatinga, le llamaba Marañón; de Tabatinga hasta la confluencia con el río Negro, le llamaba Solimoens; y, en adelante, hasta su desembocadura, le llamaba Amazonas.
Pero hay más argumentos; en este caso, el del representante de otro país garante, de los Estados Unidos, el señor George McBride, que fue asesor de la Comisión Mixta Demarcadora de Límites entre Perú y Ecuador. Él entendía al Marañón y al Amazonas como una sola vía; y es así como, en uno de los informes que preparó para el Departamento de Estado, dijo lo siguiente: "El Protocolo obligaba al Perú a concederle los mismos derechos que aquellos disfrutados por Colombia y Brasil (es decir, la libre navegación) en el uso del río principal y sus afluentes septentrionales. Con el fin de aplicar esa disposición, el Protocolo disponía la redacción de un tratado de comercio y navegación más detallado entre los dos países, un tratado que al momento de escribir este documento (mayo de 1949) ha sido ampliamente mencionado, pero aún no redactado".
Continúa: "Los ríos mencionados para la libre navegación (en esta disposición), además del mismo Marañón-Amazonas, fueron el Putumayo, sobre el cual el Perú tiene el condominio con Colombia y el Napo que Ecuador ha utilizado más que otros, aunque jamás a gran escala) salvo en los tramos altos que aún conserva, el Curaray, el Tigre, el Pastaza, el Morona y el Santiago siempre que han sido de poca importancia para los ecuatorianos", etcétera.
De modo que también el representante de los países garantes, porque es en esa capacidad que escribió este memorándum al Departamento de Estado, considera que el río al que se refiere el Protocolo de Río de Janeiro es el Marañón-Amazonas.
Por estas consideraciones, colegas, es que nuestro país ha reconocido al Ecuador la posibilidad de acceder al Amazonas a través del Marañón y de sus afluentes septentrionales.
No se trata, pues, de una concesión nueva del Perú a favor del Ecuador y en esto hemos insistido antes sino de un reconocimiento de la posición oficial que el Estado peruano ha tenido a lo largo de su historia. Es por eso que la posición oficial del Perú siempre ha sido tan congruente. Siempre se ha mantenido en esa posición, y es por eso que los garantes han ratificado nuestro derecho respecto de los puntos fronterizos, porque el Perú ha sido consecuente con su posición.
Señora Presidenta: Me están pidiendo una interrupción. Yo le he dicho al señor Grados que se la voy a dar, pero al final de mi exposición.
Esperamos, estimados colegas, que éstos puedan ser argumentos suficientes para explicar el aspecto relacionado con el acceso al Marañón. No es una concesión nueva: existen los instrumentos jurídicos, existen los instrumentos históricos y existen las costumbres de la época.
Otro tema, señora Presidenta, que ha concitado interés, sobre todo en el debate público, y que también fue materia de conversación en el seno de la Comisión, es el de los Centros de Comercio y Navegación.
De los Centros de Comercio y Navegación se dice equivocadamente varias cosas. Se dice, en primer lugar, que estos Centros de Comercio y Navegación son enclaves. Pero aquellos que dicen que son enclaves no explican qué son enclaves, cuál es el término jurídico de enclave.
Un enclave es un territorio propiedad de otro Estado que está dentro de uno diferente. Vamos a dar un ejemplo: Gibraltar es uno de ellos; Gibraltar es un territorio que le pertenece a Inglaterra y que está ubicado al sur de España. Y hay varios ejemplos más, ciertamente.
En este caso no es un enclave porque, para serlo, tendría que tener, como característica, la categoría de territorio extranjero; la legislación vigente en ese país tendría que tener jurisdicción en ese terreno que se llamaría enclave. No es el caso de los terrenos materia de concesión, porque la jurisdicción es la del país que es propietario del terreno y del territorio, que es el Perú. Por todas estas razones y porque constituye territorio peruano, esto queda claro.
Además, la concesión es por cincuenta años. Inscrita en los Registros Públicos del Perú, tiene un plazo determinado, se aplica en ella la soberanía nacional, se aplica la legislación peruana, así como la jurisdicción: allí intervienen la Policía, los fiscales, los jueces y todo tipo de autoridades. Y, lo más importante, por lo que no debería causar ninguna duda, es que tiene un efecto temporal. ¿Dónde se ha visto que un país tenga un territorio por un tiempo determinado?
Yo sé, colegas, que aquí no hay dudas sobre este tema. Pero nos estamos dirigiendo a la opinión pública ojalá con argumentos convincentes para afirmar que estos Centros de Comercio y Navegación son territorio peruano e, incluso, son terrenos de propiedad peruana, porque insisto los terrenos no pasan a ser propiedad del Ecuador. La propiedad la mantiene el Perú y la concesión se otorga bajo características limitadas. El Ecuador no puede hacer cualquier cosa con estos terrenos, excepto tener en ellos centros de comercio, transformación y navegación, tal como lo establece el mismo tratado.
Y también es importante anotar que estos centros de comercio y navegación están íntimamente ligados con el transporte fluvial. Algunos dijeron: "Pero allí pueden encontrar petróleo". No, señor, el petróleo no tiene nada que ver con el transporte fluvial. Otro dijo: "Pero allí pueden poner aeropuertos". No, señor, no pueden poner aeropuertos, porque la concesión es parte de un Tratado de Comercio y Navegación.
El objetivo es el Tratado de Comercio y Navegación, y éstas son las concesiones a las que se refiere el artículo sexto del Protocolo de Río de Janeiro cuando se refiere a las demás concesiones que se otorguen entre las partes. Ésta es una de esas concesiones, y en ella queda perfectamente claro que es terreno peruano, que es territorio peruano, que es una concesión por cincuenta años. Lo que se puede hacer en estos terrenos es limitado. La extensión de ciento cincuenta hectáreas es un máximo, puede ser menos; las partes pueden así acordarlo. En este terreno y para las actividades que en él se realicen rigen las leyes peruanas.
Uno de los aspectos que preocupaba a parte de la opinión pública es que esa zona se va a llenar de ecuatorianos, que van a trabajar y nos van a quitar el trabajo. No, señor, porque, rigiendo allí la ley peruana, rige también la ley laboral peruana; y la ley laboral peruana establece que en cualquier empresa puede laborar un máximo de veinte por ciento de trabajadores extranjeros, calificados por el Ministerio de Trabajo; es decir, no puede ser veinte por ciento de obreros, porque en el Perú hay suficientes obreros; no necesitamos obreros extranjeros, sino personas calificadas.
De tal manera que no se trata de que en estos Centros de Comercio y Navegación los ecuatorianos vayan a tener extraterritorialidad, vayan a poder construir viviendas y radicar allí. No, señor, allí se establecerán empresas que tendrán como objetivo las actividades económicas que tiendan a favorecer el comercio y la navegación en los ríos mencionados y donde la jurisdicción laboral regirá, así como todo tipo de leyes, excepto aquellas que están exceptuadas por el mismo tratado, como son las leyes tributarias.
Otro punto que se mencionó, colegas, es el de la facilidad en el uso de vías terrestres.
Alguien cuestionó que por qué en el tratado se le da facilidades en el uso de vías terrestres. Lo mencionamos anteriormente: porque los acuerdos con Colombia así lo establecen. Por eso es que en el tratado se determina que el Ecuador, a través de carreteras, podrá tener acceso a las zonas navegables de los ríos mencionados en el artículo sexto del Protocolo de Río de Janeiro. Esa concesión se le da porque la tiene Colombia y porque el artículo sexto del Protocolo de Río de Janeiro dice que le tenemos que dar las mismas facilidades que a Brasil y a Colombia.
También se ha mencionado que se puede incorporar el tránsito aéreo. No es así, colegas. El tránsito aéreo es mencionado en el tratado con relación al transporte multimodal solamente; y dice en el artículo respectivo que se tomará en cuenta para el transporte multimodal, especialmente, el transporte aéreo, sobre el cual las autoridades se pondrán de acuerdo para determinar las reglas pertinentes.
¿Qué es el transporte multimodal? El transporte multimodal es aquel en el que, en el traslado de una mercancía de un punto "A" a un punto "B", se usa más de un medio de transporte; puede ser marítimo, aéreo, terrestre, fluvial, lacustre; de modo que de un punto a otro se usa más de uno.
En este caso, cuando se firmó el Protocolo de Río de Janeiro en el año 1942, el transporte aéreo no se utilizaba para el traslado de mercancías y, obviamente, no se podía haber puesto. Aquí se menciona para que se tenga en cuenta, cuando se regule el transporte multimodal, que en la legislación peruana ya está regulado ello y también lo está en las regulaciones de la Comunidad Andina. Esto es para propósitos de este tratado; para que, cuando se tome en cuenta el transporte multimodal, también se tome en cuenta preferentemente el transporte aéreo.
Pero el Tratado de Comercio y Navegación no es un tratado que dé derechos de transporte aéreo; porque no es un tratado de navegación aérea, es un tratado de navegación fluvial.
Otro tema que ha sido materia de debate es el del tratamiento a las naves de guerra.
Alguien ha mencionado que las naves de guerra van a transitar libremente por nuestros ríos y que esto podría ser un peligro para nuestra seguridad.
Tendríamos que leer, distinguidos colegas, con cuidado el artículo 4º del Tratado de Comercio y Navegación, donde se menciona que la navegación de cabotaje y la de naves de guerra se regirán por la legislación nacional correspondiente y por la práctica usual internacional.
Precisamente, se menciona el tratamiento a las naves de guerra porque es una excepción; es decir, las naves de guerra no están cubiertas por este tratado ni tampoco lo está el transporte de cabotaje. ¿Por qué? Porque las naves de guerra tienen su propia regulación. Y si hubiera naves de guerra que desean transitar por los ríos de la amazonía, tendrían que pedir permiso a nuestro gobierno, el cual tiene la potestad de dárselo o no, de la misma forma como se hace en la práctica marítima.
Debemos ser conscientes del hecho de que naves de guerra extranjeras, de cualquier nacionalidad, pueden transitar y, de hecho, presumo que transitan por las aguas territoriales peruanas con el debido permiso que les otorga el gobierno del Perú. Eso es similar para el tratamiento de las naves de guerra en los ríos de la amazonía.
En conclusión, sinceramente esperamos, colegas, haber vertido suficientes argumentos para convencer de que el acceso al Marañón está enmarcado entre los alcances del artículo sexto del Protocolo de Río de Janeiro. Por todas las razones que hemos mencionado, hemos ex profeso abundado en razonamientos para que no quede duda respecto a que ésta no es una concesión nueva. (Ver figura 34)
Esperamos haber demostrado que los Centros de Comercio y Navegación no constituyen enclaves de ninguna naturaleza, porque son territorio peruano; y son terrenos peruanos dados en concesión por cincuenta años, y en ellos rigen la jurisdicción, las leyes y las autoridades peruanas.
El acceso por vías terrestres es una extensión expresa concedida a Colombia; por tanto, se le concede a Ecuador en aplicación de la cláusula de la nación más favorecida.
El tránsito aéreo es una facilidad futura que estará sujeta a negociación; no es parte del tratado.
Y, finalmente, el paso de las naves de guerra queda sujeto a la voluntad de la autoridad peruana.
Para concluir, colegas, mencionaremos que ambos
tratados traen grandes ventajas para nuestro país. En primer lugar, la
principal ventaja, diría yo, es que por décadas los peruanos y
todos los congresistas, los ciento veinte, hemos exigido en muchas oportunidades
que se demarque la frontera norte de nuestro país. Ésa ha sido
nuestra exigencia permanente; y muchas veces, inclusive, en nuestra frustración
de no llegar a un acuerdo con el Ecuador, les hemos exigido a los garantes que
usen toda su capacidad de persuasión
para que demarquemos las fronteras. (Ver
figuras 35 y 36)
Bueno, colegas, estos tratados son parte de los instrumentos que se utilizarán para conseguir finalmente un objetivo nacional, que es precisamente la demarcación definitiva de nuestras fronteras. El último hito por ponerse en las fronteras peruanas será posible cuando se aprueben estos tratados, lo que permitirá la cooperación fronteriza.
En el primer punto que he mencionado, la demarcación definitiva, ese hito marcará lo que nos queda por detrás, aquello que culminará un proceso histórico, difícil y duro.
El segundo elemento, la cooperación fronteriza,
es lo que mira hacia adelante; precisamente, la cooperación que permitiría
el desarrollo económico y social de la región fronteriza. Todos
coincidimos en que nuestras
fronteras tienen que tener un mejor desarrollo; estos tratados lo permitirán.
En efecto, se posibilita la promoción económica a partir de los diferentes proyectos que he mencionado; el incremento del comercio a partir del Tratado de Comercio y Navegación; la integración más rápida de la Comunidad Andina, por que se arreglen los problemas de las vías. Por todas esas razones, se posibilitará la promoción económica.
Sí se contribuirá al desarrollo interno del país, porque nosotros podremos dejar de usar los dineros que hemos usado en armamentos para dedicarlos a nuestro propio desarrollo.
Y, finalmente y no por ello menos importante, con este proceso se va a consolidar la paz.
Precisamente, al inicio de nuestra intervención que terminamos en un minuto decíamos que el Tratado de Paz, Amistad y Límites había tenido en el aspecto de los límites su punto objetivo en los hitos; se va a concretar el aspecto de los límites. Con estos tratados estaremos concretando los otros dos puntos del Protocolo de Río de Janeiro que tampoco se han cumplido, como no se cumplió con la demarcación. A partir de esto, colegas, estableceremos los hitos que marcarán la paz y que marcarán la amistad con el apoyo que los colegas del Congreso le den a la aprobación de estos tratados.
Realmente, aprecio, colegas, la atención que me han brindado. Con la más absoluta sinceridad y humildad, repito que espero haber usado los argumentos necesarios y suficientes como para poder transmitir toda o, por lo menos, parte de la convicción que los miembros de la Comisión de Relaciones Exteriores tenemos: que éstos son instrumentos importantes para el desarrollo de nuestro país y para la consolidación de la paz con nuestros hermanos ecuatorianos.
Muchas gracias.
(Aplausos.)
La señora PRESIDENTA. Muchas gracias, congresista Oswaldo Sandoval, por su amplia exposición en el tema de los tratados.
Según lo acordado por el Consejo Directivo en la sesión del día martes 10 de noviembre, la Presidencia comunica que el tiempo solicitado expresamente por los grupos parlamentarios para el presente debate es el máximo que le corresponde a cada agrupación para cada uno de los proyectos. En consecuencia, cada congresista podrá hacer uso de la palabra hasta por un tiempo máximo de diez minutos.
En la tarde proseguiremos con este debate.
Antes de suspender la sesión, saludamos a la señora alcaldesa electa de la ciudad de Tarapoto, San Martín, señora Marina Aguilar Zamora, quien se encuentra en la Galería Diplomática.
(Aplausos.)
Se suspende la sesión hasta las 17 horas y 59 minutos.
A las 13 horas y 52 minutos, se suspende
la sesión.
(*) El texto del documento obra en los archivos
del Congreso de la República.
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