Relaciones Exteriores

Periodo Parlamentario 1995-2000

Perú-Chile
DISCURSO DEL SEÑOR MINISTRO DE RELACIONES EXTERIORES DE LA REPUBLICA DE CHILE, DOCTOR JUAN GABRIEL VALDÉS CON MOTIVO DE LA FIRMA DEL ACTA DE EJECUCIÓN DEL TRATADO DE LIMA DE 1929

(Palacio de Gobierno, 13 de noviembre de 1999)

Excelentísimo señor Presidente del Perú Don Alberto Fujimori Fujimori

Señoras y Señores:

Permítame expresar señor Presidente el profundo sentimiento de satisfacción y de sincera alegría que anima a Su Excelencia, el Presidente de Chile don Eduardo Frei Ruiz-Tagle, su Gobierno y al Canciller que les habla por la suscripción en el día de hoy, de un acuerdo de innegable significado histórico y que recreará con particular énfasis las relaciones entre nuestros países.

Mediante este acto, completamos la ejecución de algunas cláusulas del Tratado de 1929 y de su Protocolo Complementario, respectivamente los Artículos 5° y 2°. Después de 70 años, hemos encontrado la forma de terminar una tarea en esta materia, y ofrecer a nuestras comunidades nacionales, una perspectiva que permita mirar hacia futuro con renovada confianza y en un marco de sólida cooperación. Esperamos que sus frutos se expresen con decisión, en particular en las zonas fronterizas y vecinas, protagonistas fundamentales de este acuerdo.

La importancia que Chile otorga a este acto, demostrativo de un profundo sentimiento de amistad hacia el Perú, está reflejada en el alto nivel de la Delegación que me acompaña, integrada por ex Cancilleres, Senadores y Diputados, miembros de las Comisiones de Relaciones Exteriores de ambas ramas del Congreso, diplomáticos, juristas y técnicos, a todos los cuales les cupo una relevante participación en este proceso.

Hoy día concluimos una etapa, consecuencia de la común voluntad de llevar adelante las ideas fundamentales expresadas por los Presidentes Excelentísimos señores Alberto Fujimori y Eduardo Frei, quienes con ejemplar visión de futuro, dieron un decisivo impulso a las negociaciones, al impartir precisas instrucciones en el sentido de enfocar el tema en un marco de buena fe, equilibrio recíproco y respeto a las posiciones de las partes, como fundamento indeludible en la búsqueda de un entendimiento perdurable.

A partir de un trabajo conjunto, concebido mediante una estructura simplificada, pudimos esclarecer nuestros conceptos y definir las coincidencias respecto de los términos del Tratado de 1929, su significado y la determinación clara y precisa de la forma de compatibilizarlo con la época actual. El trabajo ha producido sus frutos, como lo muestra la concordancia en las materias portuarias y empresariales, resguardando lo esencial del Tratado y su Protocolo Complementario, teniendo en consideración la dinámica experimentada por el transporte marítimo internacional y los modernos sistemas operativos de los puertos.

Durante este tiempo, cada parte tuvo ocasión de mirar atentamente los esfuerzos del pasado, recoger las lecciones, comprender los procesos que los inspiraron, y tomar conocimiento de un fecundo período durante el cual estas obras fueron construidas, consultadas y consideradas a plena satisfacción. En el Acta se ha indicado un período que marca este entendimiento, pero debe reconocerse que las obras han tenido una larga historia, y son varios los Gobiernos que tuvieron oportunidad de dar impulso a estas materias. En nuestra Delegación, dos ex Cancilleres de Chile, son testigos privilegiados de las iniciativas que ellos impulsaron en el ejercicio de sus altas responsabilidades.

El propósito de conciliar los principios generales que les son propios, así como las garantías de los derechos previstos en el Tratado de 1929 y su Protocolo Complementario en un contexto de equilibrio, junto a las necesarias precisiones encaminadas a lograr un acuerdo dinámico, ha sido, a nuestro entender, felizmente logrado. No resultaba fácil predecir con certeza si nuestros países lograrían concordar los compromisos, que se avinieran con las realidades económicas en que se desenvuelven nuestros puertos, conciliando su funcionamiento y competencia, con las ideas expresadas en el Tratado de 1929, y los derechos allí conferidos. Este esfuerzo se refleja en los novedosos acuerdos interinstitucionales encaminados a la operatividad del funcionamiento portuario, así como a la solución de las controversias que pudieran surgir entre las empresas involucradas.

Esta común voluntad ha generado una base que debe conducirnos hacia una etapa de estrecha colaboración que dé testimonio de la profunda relación que existe entre nuestros pueblos, tomando conciencia de los desafíos de las transformaciones económicas que viven nuestros países, así como de las necesidades compartidas que derivan de la participación en un sistema internacional en que la seguridad, el desarrollo de instituciones y la interdependencia económica, se relacionan estrechamente.

Materias tan significativas dentro de la cooperación nacional entre naciones ribereñas del Pacífico, como lo fuera la creación de las 200 millas de zona marítima, hoy día zona económica exclusiva, a fines de la década de los cuarenta, y la constitución de la comunidad andina en los años sesenta; además de la común pertenencia a la APEC y a la Comisión Permanente del Pacífico Sur, constituyen ahora una enriquecedora agenda de renovada expresión en el marco de las relaciones bilaterales.

En este contexto creemos justo calificar nuestras relaciones de excelentes y prometedoras. En los últimos años, diversas expresiones concretas en todas sus amplias y ricas manifestaciones, han fortalecido una cooperación más amplia de la importancia de estos vínculos. Así en 1998 se realizó la primera visita oficial de un Presidente de la Cámara de Diputados de Chile al Perú, dando inicio a una fructífera relación entre los poderes legislativos de ambos países. Ese mismo año, por primera vez el Comandante en Jefe de la Armada de Chile visitó Lima, en el marco de una importante vinculación en el ámbito castrense.

De muy particular importancia ha sido la presencia en días recién pasados del Ministro de Defensa de Chile respondiendo a una invitación de su homólogo del Perú. Los titulares de Defensa enfocaron temas de relevante actualidad para explorar conjuntamente nuevos desafíos de las medidas de confianza mutua en los ámbitos de la seguridad y la defensa, destacándose el acuerdo para la realización de operaciones navales conjuntas, el incremento del apoyo mutuo para la lucha antidrogas y la identificación de nuevas modalidades de cooperación tecnológica.

Hago propicia esta referencia para celebrar el histórico acuerdo alcanzado con la hermana República del Ecuador, altamente valorado por la comunidad internacional, la cual contribuimos desde nuestra posición de país garante, en cumplimiento de una tarea dispuesta por un tratado internacional y respetuosamente de sus principios.

Digno también de mención, es el Acuerdo de Complementación Económica suscrito en Lima en julio de 1998, por mi antecesor el Ministro José Miguel Insulza, el que ha permitido estimular y favorecer las enormes oportunidades que ofrecen el comercio y las inversiones recíprocas. La confianza de los empresarios chilenos en el Perú, les ha llevado a invertir cifras superiores a los 3,000 millones de dólares en diversos sectores productivos, y ha incentivado también la creciente presencia de capitales peruanos en Chile. El Perú es el cuarto socio comercial de Chile en América Latina, lo cual permite visualizar un incremento de los intercambios de bienes y servicios que reflejan de manera persistente la profundización de nuestros vínculos y asociaciones complementarias, lo que se verá reforzado por la próxima firma de un Convenio de Promoción y Protección de Inversiones.

También resulta importante destacar el Convenio de Cooperación Científica y Técnica y el Acuerdo Aéreo suscrito en 1998, y los Convenios sobre Cooperación Científica en la Antártida y de Conservación de Hitos en la Frontera Común. Esperamos concluir en el corto plazo un Convenio de Seguridad Social.

Todo lo anterior habla elocuentemente de un amplio y dinámico escenario bilateral, caracterizado por una agenda de relaciones múltiples y activas entre ambos Gobiernos, con una participación viva y estimulante del sector privado.

El futuro inmediato nos depara desafíos comunes, entre los cuales puedo destacar el desarrollo de nuestras zonas fronterizas, con sus particularidades y aspiraciones, proyectos complementarios en materias de corredores bioceánicos que anticipen alternativas para la prestación de servicios crecientes en nuestros puertos del Pacífico, atrayendo nuevos socios en el interior y centro del Cono Sur; la generación de un estimulante espacio de interrelación política y económica con organismos de cooperación transpacífica; y una colaboración más estrecha en el ámbito de la promoción del uso y el avance tecnológico respecto de nuestros recursos minerales, así como de la conservación y aprovechamiento sustentable de los recursos renovables, en particular los pesqueros.

Señor Presidente, nos asiste la convicción que nuestros pueblos enfrentan una realidad plena de oportunidades, y que, sobre la base de las experiencias que nos enseña la mirada a la historia, no podemos dejar pasar la ocasión de continuar avanzando por el camino de los desafíos comunes y de la construcción de esfuerzos compartidos. Muy cordial y sinceramente lo invito a prevalecer en la senda de trabajo conjunto y de profundización de los entendimientos que hoy se reflejan en este histórico acuerdo.

Permítame evocar con emoción al Libertadoir Bernardo O'Higgins, Gran Mariscal del Perú, país en que vivió los últimos años de su existencia rodeado del respeto y cariño del noble pueblo peruano. En una carta fechada en Lima, en 1838, el Prócer señaló "Deseo ver a Chile y al Perú en posesión de lo que la naturaleza ha querido que sean: dos grandes y poderosas naciones unidas por el fuerte vínculo del interés común".

Finalmente, señor Presidente, quisiera simbolizar el espíritu de fraternidad que nos anima a través de la entrega de 20 volúmenes del Archivo Notarial de Tacna de los años 1728 a 1882, y de 126 legajos y 46 volúmenes de copiadores de sentencias del Archivo Judicial de Tacna, comprendidos entre los años 1875 a 1928, representados en este instante por un ejemplar de cada uno de ellos.

Muchas gracias.

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