Page 14 - Padres de la Patria
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por su naturaleza, sufre esta alternativa, según la vicisitud de los tiempos y
variación de circunstancias.
No nos hallamos en la desgraciada época de Pedro del Ramo para temer decir
con desembarazo, que este método de oposiciones, útil en otro tiempo (pero
siempre respetable) lo deja de ser hoy, y con respecto a los colegiales de este
Real Convictorio de San Carlos. Esta verdad, cuya evidencia confío demostrar,
ya puede publicarse sobre los tejados, al favor, de los copiosos rayos de luz que
despide el sabio Gobierno de V. E., y a vista del crecido número de hombres
doctos y despreocupados, de que abundan esta capital y real escuela, donde se
oyen combatir con libertad y frecuencia errores respetados no ha mucho.
Sin embargo de este tono de seguridad y confianza con que pensaba, y he
hablado hasta aquí, el proyecto que contiene esta consulta hubiera quedado
sepultado en el silencio y el olvido, a que me habían condenado el feo aspecto y
mala recomendación de toda novedad aunque importante, y el acatamiento y
deferencia, que debo tributar a muchas canas respetables, si el Señor Ministro
Protector del Convictorio no me hubiera reanimado y esforzado a que lo
promoviese, y tuviese el honor de exponerlo ante la superior e ilustrada
autoridad de V. E. Una aprobación tan recomendable, unas pruebas tan
decisivas de su amor, vigilancia y celo a favor de esta ilustre juventud, estímulos
son tan poderosos, que no podían menos que tener efecto en mi obediencia y
respeto. Y considerando el pensamiento más como suyo que como mío, ya trato
exponerlo con vivos deseos de su feliz éxito, y protestando que no me anima
otro espíritu que el de mirar por la mayor gloria y decoro del Colegio.
Sus alumnos cultivan según sus particulares y autorizados estatutos una
Filosofía libre, y se hallan dispensados de la obligación de adoptar sistema
alguno, y el que hasta hoy han preferido, es opuesto al Peripatético. Esta libertad
en que los puso la reforma de estudios, que hizo la Junta Superior de
Aplicaciones, los alejó no sólo de la profesión jurada, y conocimiento íntimo de la
filosofía de Aristóteles, sino también de sus libros filosóficos que para esta clase
de ejercicios adoptaron en la antigüedad las universidades. Con todo, desde la
primera vez que se formó concurso a la cátedra de Artes propia del Convictorio,
esto es, de diez años a esta parte, se observó el mismo método que antes de
dicha reforma: quiero decir, exponer un capítulo de los referidos libros de
Aristóteles y defender su doctrina.
Esta relación sola me parece bastante para dar a entender, que no se consultó,
ni oyó a la razón que desaprueba un proceder tan encontrado, y que en esta
inconsecuencia influyeron desde luego la veneración a la antigüedad de
nuestros establecimientos escolásticos y el fastidio con que miraron los
profesores antiguos el nuevo plan de Estudios.
Los libros adoptados en la erección de universidades, que son los mencionados
antes, son los más oscuros de todas las obras de Aristóteles, cuyo mérito por
otra parte es casi incomparable.
No hay lectura más ingrata, ni más penosa: y su inteligencia, aquella que sea
capaz de satisfacer, es desesperada en sentir de los más sabios antiguos y
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