Page 884 - La Revelión de Tupac Amaru II - Vol. III
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Volumen 3
Inicio de la rebelión
de la Caxa, encontro la puerta cerrada, y la Calle llena de rebeldes, en cuyo
conflicto se vio precisado a correr desaforadamente por las calles a pie y sin
armas con los Enemigos que iban en su seguimiento; y divisando en los ex-
tramuros de la Ciudad un Soldado que llevaba un Cavallo de diestro, a fuerza
de suplicas y ruegos se lo presto sin freno, ni estribos; y estando los rebeldes
casi sobre ellos, rompieron por entre mas de 200 sin poder Bermejo librarse
de 3 garrotazos que le dieron perdiendo antes el sombrero y recibiendo una
pedrada en el brazo. Dexose despeñar por los Barrancos y Peñascos del Canto
de la Ciudad y llego a la Pampa que llaman del Barco donde vio executar la
tirania y Crueldad de los Enemigos matando sin distincion de sexo ni edad a
quantos encontraban, que lo puso en la mayor consternacion: y sin accion a
los Soldados que no havian podido escapar con los demas.
A vista de este espectaculo tan lastimoso se esforzaba dicho Bermejo
con el Sargento mayor que encontro extramuros a juntar la gente para retro-
ceder a la Ciudad, y sacar de ella al Coronel Mendioloza, y nada se pudo con-
seguir por haber entrado el terror a los Soldados que no pensaban mas que en
huir. Y estando los Rebeldes triunfantes dentro y fuera de la Ciudad, con todo
resolvieron con unos quantos que se agregaron, romper por los Enemigos por
la orilla de la Laguna, y Pampa de Acora, y pasando una zanja bastantemente
pantanosa, y haciendo fuego el Sargento Mayor queriendo de este modo librar
su Cama que veia casi en poder de los rebeldes, se atolló en un Pantano, y ca-
yendo luego sobre él los Enemigos, alli lo degollaron con la mayor crueldad,
bañandose con su sangre las caras.
El Comandante Bermejo acompañado de 66 soldados, siguió por la
referida orilla de la Laguna y Pampa de Acora, y divisando un numero de
cerca de tres mil Yndios que cubrian toda la Pampa, les hizo frente por dos
veces para que de este modo pudiesen tomar las bestias; pero de los 66 que
salimos, solo escapamos con vida 18 al Alto de la terrible y fragosa Cuesta del
mismo Pueblo y Acora, pereciendo todos los demas al furor de los Barbaros a
nuestra vista y presencia sin poder libertar. El Comandante Bermejo venia en
el Cavallo ruin que le presto aquel Soldado en el Canto de la Ciudad sin freno,
ni estribos, y viendo que la tropa que le seguia a un Soldado algo muchacho en
otro Cavallo que le parecio mas ligero, cambiaron de bestias sin estribos que
los hizo despues de una soga, y de esta manera pudo escapar el Comandante
milagrosamente; pero el Soldado murio a manos de los traydores que los per-
seguian a Cavallo; y era tanto el empeño que havian puesto en pillarnos, que
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