Pieza Documental del Mes

Ley que dispone que la Provincia Litoral del Callao se denomine Provincia Constitucional del Callao

El 16 de octubre de 1856 Ramón Castilla, Presidente Provisorio de la República, promulga  la Constitución Política aprobada por la Convención Nacional. Para entonces, Castilla, (quien llegó al poder el 5 de enero de 1855 al derrocar a José Rufino Echenique, tras la decisiva batalla de La Palma, en las afueras de Lima) había develado una serie de rebeliones que buscaban defenestrarlo del poder; la puesta en vigencia de la nueva Constitución Política, de tendencia liberal, dio motivo para que en Arequipa, sectores conservadores apoyasen a Manuel Ignacio de Vivanco, en el movimiento insurreccional, que causó una larga y cruenta guerra civil.

El episodio que cambió el rumbo de la guerra civil a favor de Ramón Castilla, fue el frustrado desembarco de las huestes vivanquistas en el Callao. 

Mientras Castilla sometía al Coronel Manuel Gonzáles De La Cotera, en Piura; Vivanco, quien tenía el dominio marítimo durante el conflicto, arribaba al callao con la intención de tomarla. Desde la  madrugada del 22 de abril de 1857 las milicias urbanas del Callao que componían el batallón denominado “Constitución” repelieron el ataque de las fuerzas insurreccionales, que desembarcaron por la desembocadura del río Rímac. La lucha fratricida culminó a las ocho de la mañana aproximadamente con el saldo de 70 muertos, 48 heridos y 399 prisioneros de las fuerzas rebeldes; y por las fuerzas del gobierno 40 muertos y 36 heridos.   

Al mediodía del 22 de abril de 1857 la Convención Nacional sesiona teniendo como punto principal el proyecto de ley que dispone que la Provincia Litoral del Callao se denomine “Provincia Constitucional del Callao” en consideración a los actos heroicos del pueblo del Callao, ocurrido en horas de la mañana, en defensa de la Constitución y de sus instituciones. La proposición  tiene como autor al representante por el  Callao Sr. Manuel Toribio Ureta, que lo sustenta en el Pleno diciendo:

“…Señor, un hecho notorio, que ha conmovido profundamente el corazón de todos, es el origen del proyecto que ofrezco a la Asamblea Nacional, para honor de un pueblo que ha destruido la última esperanza que abrigaban los enemigos de la Constitución. Esta ha prevalecido hoy en el Callao, como un principio triunfante cuando sus adversarios hacían contra él esfuerzos desesperados, y después que aún había muerto gloriosamente el General Plaza, cuya pérdida jamás será bastante deplorada. Allí el batallón Constitución, digno de su nombre y compuesto exclusivamente de ciudadanos de ese pueblo, que ayer dejaron voluntariamente su hogar para cumplir su deber de Guardias Nacionales; allí los valientes Chalacos, sin distinción de clases, ni de edades, todos acudieron al peligro que corrían las instituciones, y todos las salvaron a costa de su sangre. Es pues menester que el renombre de constitucional  dado por la Convención al Callao, sea el eco de la victoria decisiva ganada por este pueblo en defensa de las instituciones…”

La Convención aprueba el proyecto por unanimidad, siendo promulgado el mismo día  por el Consejo de Ministros, encargado del Poder Ejecutivo, como la Ley del 22 de abril de 1857.